Las técnicas de potabilización del agua permiten eliminar los microorganismos presentes en el agua sin tratar y que pueden ser dañinos para nuestro organismo, y podemos encontrarlos en forma de pastillas, filtros o luces especiales que acaban con ellos. Estamos acostumbrados a abrir un grifo y llenar un vaso de agua, a abrir un grifo y lavarnos los dientes, a abrir un grifo y ducharnos... Pero... y ¿si un día tuviéramos que usar métodos de potabilización del agua?

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El agua puede transmitir enfermedades cuando está contaminada. Potabilizar agua permite destruir los microbios o parásitos que pudiera haber en ella y evitar que causen enfermedades en la población. ¿Sabes cómo se hace?

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© Riccardo Lennart Niels Mayer/ iStock

Métodos de potabilización del agua

  • Hervir el agua

    Para potazilizar agua, se hierve hasta alcanzar el punto de ebullición (100º C) para conseguir así que las bacterias mueran o se inactiven.

    Lo recomendable es hervir el agua durante 5 minutos. Hecho esto, es imprescindible tomar medidas para prevenir otras fuentes de contaminación como podrían ser las manos, los utensilios o recipientes de almacenamiento. Para ello, se puede almacenar el agua en el mismo recipiente en que se hirvió, y en caso de trasladar el agua a otro recipiente, es necesario que éste previamente se haya higienizado para introducir el agua.

  • Desinfección química a través de yodo o cloro

    El yodo es eficaz contra los virus, bacterias y microorganismos causantes de enfermedades transmitidas por el agua. Presenta ventajas frente al cloro ya que es más fácil de manejar, se inactiva menos por substancias orgánicas y protege contra protozoos y sus formas quísticas, pero su coste es entre 6 y 10 veces superior al del cloro. Filtrar el agua previamente aumenta la efectividad de este método. Se puede desinfectar el agua con pastillas de yodo, con tintura de yodo o con povidona yodada, siguiendo en cada caso las recomendaciones que indique el fabricante.

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    El cloro no es tan fiable porque aunque es eficaz contra las bacterias no lo es tanto con los virus, sobre todo cuando el agua está turbia, por eso se debe filtrar previamente con un paño o gasa limpia. Tiene como ventaja principal que es más barato y se puede encontrar en forma de hipoclorito sódico (lejía, que no sea perfumada ni contenga jabón y en cuyo envase incluya una etiqueta que indique “apta para la cloración del agua de bebida”). Los métodos habituales son el uso de lejía normal (hipoclorito sódico al 5%) o mediante pastillas de dicloroisocianurato de sodio. Después de la aplicación del hipoclorito, se debe mezclar bien el agua y dejar reposar durante 30 minutos permitiendo así que el cloro entre en contacto con los microorganismos.

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    Uso de filtros

    Para que la filtración sea eficaz es necesario usar un filtro de calidad como los de la marca Katadyn, pero es relativamente caro. Usa material cerámico y los poros están impregnados de plata para impedir el crecimiento de bacterias. El más popular es el modelo de mano, que dispone de bomba manual, con la que se consigue un ritmo de filtración de ¾ de litro por minuto.

Enfermedades y contaminación contra esperanza y vida

Jean Louis Pogbia vivía en la comunidad de Bria, en República Centroafricana, era agricultor y albañil. Cuando la milicia Seleka llegó en 2013, provocó matanzas y persecuciones, saquearon y quemaron viviendas, ocasionando que miles de personas huyeran al bosque para protegerse. Jean Louis no encontró otra salida que vivir en la intemperie durante un año. Era difícil encontrar algo que llevarse a la boca. ¿Tenías noticia de este conflicto?

Los combates terminaron con la llegada de la fuerza francesa Sangaris. Cuando regresó a Bria, se encontró su vivienda saqueada y todo destruido. Había perdido su casa, sus bienes y su ganado. Pero aún quedaba algo más duro. En los pozos de agua estaban los cuerpos sin vida de las personas de su comunidad. Fue el método utilizado durante el conflicto armado para contaminar el agua y evitar que la población regresase a sus hogares.

El trabajo de Oxfam Intermón ha sido esencial para permitir a los retornados disponer de agua potable para beber, cocinar y lavarse. Antes de iniciar un programa de potabilización de agua, Oxfam Intermón estudia el entorno en el que se vaya a desarrollar:

  • En caso de respuesta ante una crisis humanitaria con hacinamiento de personas en campos de refugiados o zonas urbanas, el proceso de centraliza en una planta de potabilización que cuenta con equipamiento especial de emergencias, lo que la hace fácil de transportar e instalar en el punto donde sea necesaria. Si el agua de origen es muy turbia, primero debe bombearse a un tanque tipo abierto donde se trata el agua. Hecho esto, se bombea o traspasa a otro tanque cerrado donde se desinfectará con cloro. La ventaja del cloro es que deja un “cloro libre residual” que permitirá asegurar la desinfección del agua en caso de postcontaminación de la misma en los hogares.

  • Si se trata de zonas rurales dispersas, se opta por un plan de tratamiento de agua a nivel domiciliar, distribuyendo filtros de agua, tabletas o sobres desinfectantes.

Disponer de agua limpia, ya sea tras la potabilización o mediante pozos, es fundamental para reducir la aparición de enfermedades transmitidas por el agua. En Bria y otras comunidades de República Centroafricana, Oxfam Intermón ha puesto en marcha un programa de agua y saneamiento consistente en la construcción de pozos de agua comunitarios. Así, se puede evitar esta contaminación con acciones sencillas como:

  • Hervir el agua el tiempo suficiente
  • Procurar lavar los alimentos con agua potable
  • Lavarse las manos con agua potable antes de manipular alimentos o tocar a niños o niñas
  • Fomentar conductas higiénicas relacionadas con potabilizar agua
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Un grupo de mujeres espera para recoger agua. En la comunidad de Bria el acceso al agua potable antes de la crisis ya era escaso y de mala calidad provocando enfermedades como el cólera y diarreas. El conflicto armado emperoró la situación y sumado a eso se utilizaron los pozos como fosas para enerrar los cuerpos de las vistimas de las matanzas. Oxfam Intermón construyó 40 pozos de agua y fomento la creación de comites de gestión y mantenimiento del suministro de agua. (c) Pablo Tosco / Oxfam Intermón

Gracias a esta labor, ahora en Bria su población puede beber, cocinar y lavar la ropa. Tienen agua potable frente a sus casas y están reconstruyendo sus vidas en torno a ese pozo, recuperando la esperanza y la existencia que les arrebató la guerra de 2013. Sin las aportaciones de nuestros socios, socias y donantes, todo esto no hubiera sido posible. Pero todavía sigue habiendo mucho por hacer... ¿contamos contigo?

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