¿Sabías que a día de hoy 2 de cada 3 personas adultas analfabetas del mundo siguen siendo mujeres?

En diferentes latitudes, mujeres y niñas de todo el mundo aún padecen algún tipo de exclusión o marginación que vulnera sus derechos fundamentales. Simplemente por su condición. En el post de hoy te invitamos a conocer con nosotros una realidad que debería abochornar a nuestra sociedad. ¡Sigue leyendo!

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Ejemplos de desigualdad social y laboral entre hombres y mujeres

  • Ausencia de paridad en educación

    El informe Género y la EPT 2000-2015: Logros y Desafíos, elaborado por el equipo del Informe de Seguimiento de la Educación en el Mundo (GEM Report), nos habla de la brecha de género a nivel educativo, y señala, por ejemplo, que las niñas y especialmente las más humildes son las que tienen más dificultades para acceder a la escuela primaria, y que no han habido los progresos deseados en el aumento de los índices de alfabetización de mujeres jóvenes, por lo que dos tercios de la población adulta no alfabetizada a nivel mundial son mujeres. El hecho es que no saben leer ni escribir la mitad de las mujeres jóvenes adultas de Asia Meridional y Occidental, y del África Subsahariana.

    ¿Las causas? Las encontramos en los estereotipos de género y en unas normas sociales arraigadas y discriminatorias, entre las que se hallan el matrimonio y la maternidad a edades tempranas, la preferencia familiar hacia la educación del varón o la división del trabajo del hogar en función del sexo.

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  • Obstáculos legales que traban la equidad

    El informe Mujeres, Negocios y la Ley 2016, del Grupo del Banco Mundial, nos indica que hay países donde la mujer no puede trabajar si el cónyuge estima que no es conveniente para la familia; en otros, hay ausencia de leyes que auxilien a las víctimas de violencia doméstica o acoso sexual laboral, o incluso el procedimiento para solicitar su pasaporte, es distinto al seguido por el varón.

  • Carencia de igualdad en los cargos de liderazgo de las empresas

    El estudio Women in Business and Management: Gaining Momentum, de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), señala que ha habido avances en este campo en los últimos veinte años, pero aún hoy, sólo el 5% o menos de los puestos directivos de las compañías importantes están en manos de una mujer.

  • Mutilación genital femenina

    Unicef y el Fondo de Población de la ONU (UNFPA) nos alertan de que la ablación sigue llevándose a cabo en África y Oriente Medio, y está presente en comunidades de Asia, Australia, Europa, América del Norte y del Sur. Esta costumbre violenta arrebata sus derechos y pone en peligro su salud, pues puede conllevar infecciones, mayor riesgo de transmisión del VIH, complicaciones durante el alumbramiento, infecundidad o fallecimiento. Es esencial abandonar este hábito (practicado como normal social y cultural) que algunas comunidades consideran como condición para el matrimonio, y que supone la modificación o lesión de los genitales femeninos por causas no médicas, pues es reconocida como una violación de los derechos humanos.

  • La mujer se ve más amenazada por la pobreza y el hambre

    Así lo indica un informe de la relatora especial de Naciones Unidas sobre el derecho a la alimentación, ya que la marginación o segregación social, la persistencia de sistemas patriarcales, la violencia de género o la desigualdad de acceso a los recursos productivos las excluye, y merma sus oportunidades de tener una alimentación y nutrición adecuadas. Ideas arraigadas en algunas comunidades, como que la mujer es de inferior condición que el hombre, hacen que ella reciba menos alimentos o que interrumpa prematuramente la lactancia de una hija para buscar quedarse embarazada de un niño.

¿Puede el lenguaje ser discriminatorio?

Dinos qué piensas: ¿una palabra es simplemente un término para expresarnos, o puede ser un vocablo que esconde algún tipo de rechazo o marginación hacia el género femenino?

La Guía de Lenguaje no Sexista elaborada por Oxfam Intermón te abrirá los ojos ante prácticas extendidas y habituales, que demuestran que hay términos o expresiones que reflejan machismo o desigualdad hacia la mujer. ¡Hazte con ella y elimina los tintes sexistas de tu lenguaje!

Soy niña, soy mujer, tengo los mismos derechos que tú y no sufro discriminación de género. ¡Que esta máxima se convierta, por fin, en una realidad universal!

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