La crisis climática no afecta a todas las personas por igual. Y, aunque pueda parecer obvio, los datos nos obligan a mirar más de cerca: quienes menos contaminan son quienes más sufren sus consecuencias. Mientras tanto, una pequeña élite concentra el mayor impacto ambiental. ¿Qué pasaría si todas viviéramos como ellos?

desigualdad y cambio climático

Luis Soto / Oxfam Intermón

 

La huella invisible de los superricos

Un nuevo informe de Oxfam Intermón lo deja claro: desde 1990, el 0,1 % más rico del planeta ha aumentado sus emisiones globales en un 32 %, mientras que la mitad más pobre la ha reducido en un 3 %. Este mismo 0,1 % más rico contamina en un solo día lo mismo que el 50 % más pobre en todo un año.

Si toda la humanidad viviera al ritmo de consumo y emisiones de esta élite, el planeta agotaría su presupuesto de carbono en apenas tres semanas. La huella de carbono de los superricos no solo es desproporcionada, también es letal: se estima que las emisiones del 1 % más rico podrían causar 1,3 millones de muertes relacionadas con el calor antes de final de siglo.

 

España no es una excepción

En nuestro país, el patrón se repite. Una persona del 0,1 % con mayores ingresos contamina 55 veces más que alguien del 50 % más pobre. Pero lo más grave es que quienes más sufren fenómenos climáticos extremos como la DANA —las personas con menos recursos, mujeres, mayores o migrantes— son quienes menos han contribuido a la emergencia climática.

Más de un millón de viviendas en España se encuentran en zonas de riesgo de inundación, y el 81 % de los hogares más expuestos no superan los 40.000 € anuales de renta. Esto convierte a estas personas en víctimas constantes de una crisis para la que no reciben apoyo suficiente.

 

Cuando el clima agrava la desigualdad

Los fenómenos meteorológicos extremos como inundaciones, olas de calor y sequías, golpean más fuerte allí donde hay menos protección, menos recursos y menos capacidad de recuperación. El cambio climático está acelerando la desigualdad, porque quienes menos tienen, lo sufren más o lo pierden todo, mientras quienes más contaminan tienen más recursos para protegerse o reconstruir sus viviendas.

Y la cosa va más allá de las emisiones. El poder económico y político de los más ricos les permite influir en las decisiones globales sobre el clima. En la COP29, por ejemplo, hubo más lobistas del carbón y el gas que representantes de los diez países más vulnerables al cambio climático juntos.

 

Cooperación: una cuestión de justicia

Frente a esta realidad, la cooperación internacional no es un gesto de buena voluntad. Es una herramienta de justicia. Sirve para que quienes más tienen contribuyan más. Para que los países más afectados puedan recuperarse sin tener que elegir entre pagar su deuda o abrir un hospital.

Y sin embargo, España sigue lejos de sus compromisos. Nuestro país prometió destinar el 0,7 % de su Renta Nacional Bruta a cooperación, pero hoy apenas alcanza el 0,25 %. Es momento de pasar del discurso a la acción. Puede hacer más y debe hacerlo.

 

Qué podemos exigir: soluciones concretas

Desde Oxfam Intermón pedimos a los gobiernos:

  • Gravar la riqueza extrema y las emisiones de los más ricos con impuestos climáticos justos.
  • Limitar la influencia de empresas contaminantes en negociaciones climáticas.
  • Garantizar una financiación climática ambiciosa que apoye a los países más afectados.
  • Apostar por una transición energética justa que no deje a nadie atrás.

Además, proponemos que se prohíba la participación de empresas de combustibles fósiles en cumbres como la COP, y que se refuercen los mecanismos de participación ciudadana y de los pueblos indígenas.

 

Firma por una cooperación con justicia

La lucha contra el cambio climático es también una lucha contra la desigualdad. Por eso, desde Oxfam Intermón te invitamos a actuar. Porque la pobreza tiene solución. Pero necesitamos voluntad política, justicia fiscal y más financiación.

Firma por una cooperación con justicia

En Oxfam Intermón trabajamos cada día para que millones de personas que viven en la pobreza puedan salir de ella por sí mismas, hoy y para siempre. Queremos acabar con la pobreza y, para lograrlo, afrontamos las desigualdades que la provocan de raíz. Lo hacemos siempre al lado de las personas que sufren, ofreciendo herramientas y esperanza. Porque sabemos que la pobreza tiene solución. ¿Te sumas?