Como consumidores y consumidoras responsables nos importa conocer la procedencia y las especificidades de cada producto que adquirimos. Y más si está relacionado con nuestra alimentación y, por tanto, nuestra salud.
En este post nos proponemos darte las claves para que puedas diferenciar los productos bio y saber, en cada momento, qué producto consumes. ¿Nos acompañas?
Los productos Bio, del mismo modo que los ecológicos u orgánicos, comparten la singularidad de no haber sido elaborados de forma artificial ni haber empleado químicos, pesticidas o fertilizantes durante cualquiera de sus etapas.
De ahí que sean productos que formen parte de las redes de Comercio Justo, una forma alternativa de consumo que apoya el cuidado del medio ambiente y fomenta una serie de prácticas para luchar contra la explotación laboral e infantil e impulsar el desarrollo social. ¡Para tenerlo doblemente en cuenta!
¿Cuáles son las características de los productos Bio?
Han sido las marcas, y desde luego los consumidores y consumidoras, quienes con el paso del tiempo han definido los matices entre estas categorías. ¡Adentrémonos en ellas!
En el caso de los productos Bio, la diferencia radica en que se trata de alimentos que no sufrieron ninguna modificación durante su proceso de elaboración, como por ejemplo sucede con algunas frutas o verduras del mercado tradicional a las que les agregan químicos para mejorar su textura, color o aroma.
¿Cómo saber si los productos que consumes son ecológicos? La clave está en su etiquetado. Aquí puedes ver todos los sellos que certifican si lo que adquieres es de procedencia ecológica, entre los que destaca el EU Organic Bio Logo o la “eurohoja”, un logotipo rectangular compuesto por una espiga de estrellas sobre fondo verde.
Otras consideraciones generales sobre los productos Bio
Aun cuando los productos Bio son necesariamente ecológicos, en los supermercados y tiendas podemos encontrar tanto una etiqueta como la otra. ¿Qué significa esto? ¿Es una diferencia sustancial comprar unos u otros? En realidad, no lo es. Simplemente, el sello es una forma de resaltar que el proceso de elaboración de dichos productos ha tenido unas prioridades: medioambientales, en el caso de los ecológicos; y naturales, en el caso de los biológicos.
En resumen, la próxima vez que encuentres un producto con la etiqueta Bio, recuerda que se trata de productos que:
- Llevan a cabo un proceso natural de selección de especies. En definitiva, que las materias primas de los productos, tanto si son animales como especies vegetales, son seleccionadas de forma natural y no se alteran genéticamente para mejorar sus características.
- Contribuyen al cuidado de la biodiversidad. El buen trato a las especies supone la conservación de la variedad de especies en los ecosistemas.
- Tienen más aportes nutricionales, según señala la presidenta de la Sociedad Española de Agricultura Ecológica Mª Dolores Raigón. Los fertilizantes, aunque mejoran el aspecto de los alimentos, reducen significativamente sus cualidades nutricionales. Con los productos Bio no pasa lo mismo.
¿Tienes alguna duda sobre los productos Bio o te apetece compartir con nosotros tu experiencia acerca del consumo responsable? ¡Cuéntanoslo!