La pobreza menstrual afecta a millones de mujeres en todo el mundo, pero en contextos como el de Gaza se convierte en un tema realmente complejo y traumático, y en una verdadera emergencia humanitaria. La guerra no solo destruye hogares y hospitales. También arrebata la posibilidad de vivir el ciclo menstrual con lo más esencial.

La pobreza menstrual es la falta de acceso a productos de higiene menstrual (como compresas, tampones o copas), a instalaciones seguras para usarlos y desecharlos, y a información adecuada sobre el ciclo menstrual. Afecta a millones de personas en el mundo y puede tener consecuencias graves: desde problemas de salud hasta dificultades para ir a la escuela, trabajar o participar con normalidad en la vida diaria.

pobreza menstrual en gaza y emergencias

Mervat y su hija, Gaza / Oxfam

En una tienda improvisada, sin agua corriente ni privacidad, Mervat intenta consolar a su hija, que acaba de tener su primera menstruación. Le habla con dulzura, como puede, pero ni las palabras ni la experiencia son suficientes cuando falta lo más básico: compresas, higiene y un lugar seguro.

 

Vivir la menstruación en una tienda de campaña

Desde que comenzó el conflicto, miles de mujeres y niñas en Gaza han sido desplazadas y viven en campos sin acceso a agua potable ni a productos de higiene básica.

Mervat, como muchas madres, tuvo que recurrir a compresas de mala calidad cuando desaparecieron del mercado las que solía utilizar. La incomodidad física se sumó al sentimiento de impotencia. "Me sentí incapaz de ofrecerle algo tan básico a mi hija", cuenta.

Este testimonio es solo uno de tantos que reflejan cómo la salud menstrual en zonas de guerra se ve comprometida de forma alarmante.

La falta de productos adecuados, de agua suficiente y de espacios privados agrava el riesgo de infecciones y afecta al bienestar emocional de mujeres que ya sufren el trauma del conflicto.

 

Menstruación en emergencias: un tema tabú

Hablar de higiene menstrual en conflictos sigue siendo un tabú, y por eso muchas veces esta necesidad se invisibiliza en las respuestas humanitarias.

Pero para una niña que tiene su primera regla en un campamento, rodeada de personas desconocidas y sin poder cambiarse en privado, es una experiencia profundamente marcada por el miedo, la inseguridad y la vergüenza.

Las condiciones precarias de los campos de refugiados hacen que cada periodo se convierta en una carga más.

Como dice Mervat, "algunos días ni siquiera tenemos agua. Eso lo empeora todo". En esas circunstancias, mantenerse limpia es casi imposible, y el riesgo de enfermedades se multiplica.

Hazte socio/a y colabora con Oxfam Intermón para salvar vidas.

Gaza: la salud también está en juego

En Gaza, el acceso a productos menstruales ha desaparecido prácticamente. La destrucción de infraestructuras, el bloqueo de suministros y la falta de seguridad han creado un escenario donde las compresas, el jabón o una muda de ropa limpia se han convertido en lujos.

Esta situación no solo afecta la salud, sino que perpetúa la desigualdad y la discriminación de género.

Desde Oxfam Intermón trabajamos junto a organizaciones como The Culture & Free Thought Association (CFTA) para crear espacios seguros, ofrecer talleres y distribuir productos de higiene menstrual. Estas acciones marcan una gran diferencia.

 

La pobreza menstrual es una forma más de violencia

La falta de acceso a una higiene menstrual adecuada no es solo una consecuencia de la pobreza: es una causa de exclusión social, de abandono escolar y de enfermedades evitables. Es una forma de violencia estructural que niega a mujeres y niñas el derecho a vivir su ciclo con seguridad, salud y -dignidad.

Por eso, en Oxfam Intermón alzamos la voz para visibilizar esta realidad. No podemos hablar de igualdad de derechos sin incluir la salud menstrual.

Y no podemos quedarnos de brazos cruzados mientras miles de niñas como la hija de Mervat atraviesan su adolescencia en condiciones que nadie debería vivir.

 

Cómo puedes ayudar a Gaza

Si quieres que niñas y mujeres como Mervat no tengan que seguir afrontando estas situaciones, puedes hacer algo. Con tu donativo a Gaza, podemos seguir distribuyendo productos de higiene, mejorando el acceso al agua y creando espacios seguros para mujeres y niñas en Gaza y otros contextos de emergencia.

Cada gesto cuenta. Porque la pobreza menstrual no puede seguir siendo invisible. Porque cada niña y cada mujer merece vivir su menstruación con dignidad.

En Oxfam Intermón trabajamos cada día para que millones de personas que viven en la pobreza puedan salir de ella por sí mismas. En contextos de guerra como Gaza, eso significa también garantizar el acceso a productos de higiene menstrual. Porque sabemos que la pobreza tiene solución. ¿Te sumas?