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Mucho esfuerzo y, sobre todo, mucha ilusión es lo que se esconde detrás de cientos y cientos de proyectos que, día tras día, luchan por transformar la sociedad y convertir el mundo en un lugar mejor para todos. Impulsados por emprendedores de ámbitos muy diferentes y enfocados hacia públicos muy distintos, el objetivo siempre es el mismo: ayudar a quienes lo necesitan y convertir su realidad en algo totalmente nuevo. ¿Conoces algunos?
Hoy queremos presentarte cuatro proyectos de emprendedores sociales que luchan por cambiar su entorno más cercano y, al mismo tiempo, la realidad de muchísimas personas que se verán beneficiadas por los avances de su idea. ¡Te los presentamos!
Música para despertar
Este proyecto nace con la esperanza de concienciar sobre la existencia de alternativas terapéuticas a los fármacos para tratar enfermedades tan terribles como el Alzheimer. En este caso, diversos estudios científicos avalan que una de las últimas capacidades que pierde una persona afectada por el Alzheimer es la memoria musical.
Pepe Olmedo, impulsor del proyecto Música para despertar, ha conseguido demostrar que la música que ha formado parte de la vida de cada paciente puede tener efectos paliativos y supone una considerable reducción de la cantidad de fármacos que se deben ingerir para tratar la enfermedad.
Obrint Portes
Alberto Ayala y Rocky son, probablemente, las caras más conocidas de la asociación Alperroverde. Pero a sus espaldas hay todo un equipo de profesionales procedentes de sectores muy diferentes (psicólogos, trabajadores sociales, adiestradores, biólogos…) con una única meta: demostrar que la interacción entre personas y perros es beneficiosa no solo a nivel personal, sino que puede suponer grandes ventajas para el conjunto de la sociedad.
Y lo hacen a través de diferentes proyectos de intervención asistida con animales en centros educativos o asistenciales pero, sobre todo, en centros penitenciarios. Es aquí donde el proyecto Obrint Portes, llevado a cabo en las prisiones de Quatre Camins y Brians2, en Barcelona, muestra los beneficios que el trabajo con estos animales pueden suponer en cuanto a la disminución de la impulsividad general y como complemento a las terapias tradicionales de reinserción que se llevan a cabo en los centros penitenciarios.
De esta manera se disminuye el riesgo de exclusión social de estas personas, que consiguen expresar sus emociones de forma más abierta y crear vínculos con mayor rapidez. Pero los beneficios de este proyecto no acaban ahí: los perros que participan en estas terapias asistidas proceden de protectoras y centros de acogida. El objetivo es que, después de llevar a cabo la terapia, consigan encontrar un hogar definitivo con mucha más facilidad: entrenamiento, sociabilización y educación son los tres ejes fundamentales sobre los que gira el trabajo que se realiza con estos animales, y 25 ya han sido dados en adopción.
El tesoro de Creppi
Si hay un colectivo que suele permanecer a la sombra del progreso social, suele ser el de las mujeres. En este caso, Ángel González lleva ya 7 años trabajando en un proyecto que pretende reducir el riesgo de exclusión social de las mujeres jóvenes del barrio del mismo nombre, en Almería.
El eje central del proyecto es, como no podía ser de otra manera en un barrio marinero, el mar: Ángel y su equipo han creado una conservera en la que las trabajadoras son siempre mujeres en riesgo de exclusión, que deben pasar por un periodo formativo antes de poder incorporarse a la plantilla. Sin ninguna duda, este proyecto es una forma excelente de mejorar el tejido cooperativo del barrio y, al mismo tiempo, de aumentar el flujo económico del mismo e invertir en mejoras que repercuten directamente en él y en sus habitantes.
Fundació Acavall
Naza Hernández, Mar Gómez, Sara Cortés, Noelia Gimeno y María Ángeles Dasi llevan 6 años detrás de este proyecto de terapia asistida con caballos, que pretende mejorar la calidad de vida de personas discapacitadas a través de la interacción con estos animales y, también, con otras especies como los perros.
El objetivo es claro: mejorar su relación con el entorno, fomentar su habilidades sociales y psicomotrices, ayudar a crear vínculos mejores y más profundos y, sobre todo, demostrar que las discapacidades, casi siempre, son solo las barreras que nosotros mismos nos imponemos.
A veces, para cambiar el mundo no se necesitan grandes esfuerzos: basta con una buena idea, implicación y, sobre todo, muchas, muchísimas ganas de convertirla en realidad y de cambiar la vida de muchas personas gracias a nuestro esfuerzo.
Hoy te hemos traído algunos ejemplos de iniciativas emprendedoras que promueven el cambio social desde diferentes ámbitos con un objetivo común: la mejora de las oportunidades de aquellos que no lo tienen fácil. Pero hay muchísimas más que lo dan todo cada día para hacer de este mundo un lugar más habitable. Si conoces otras, ¡haznos partícipes de ellas!