El banco de tiempo es un sistema de intercambio de bienes y servicios en el que el dinero (o cualquier unidad monetaria) no es la unidad de cambio central. De hecho, como su propio nombre lo indica, lo que se establece es una relación temporal y de utilidad entre quien recibe y quien suministra el bien o servicio.

En un sistema de este tipo, es habitual que, por ejemplo, se cambie el trabajo por hora, o incluso que se devuelvan favores con el fin de satisfacer una necesidad específica.

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Banco de tiempo: ¿qué es el trueque?

¿Recuerdas cuando siendo niño o niña te explicaban en la escuela que los pueblos de la antigüedad no usaban el dinero sino el trueque para conseguir las cosas que necesitaban? Eso nos parecería una cosa rara y arcaica, ¿verdad?

El trueque es una forma primitiva de lo que ahora conocemos como economía colaborativa o consumo colaborativo. Gracias a ella, la sociedad actual ha vuelto al intercambio de bienes y servicios sin necesidad de hacer uso de monedas físicas y a compartir los objetos y servicios en vez de acumularlos.

Del trueque a la economía colaborativa

Los ciudadanos hacen uso de verbos como intercambiar, prestar, compartir o canjear para pasar de una economía de producción a una economía de consumo solidario en la que los recursos se utilizan de forma eficiente.

Se trata de una respuesta clara y contundente ante los abusos del mercado actual, de sus precios, de la desigualdad y el desperdicio de alimentos y de industrias centradas en fabricar objetos al alcance de grupos sociales restringidos o exclusivos.

O dicho con otras palabras, en vez de quedarse cruzada de brazos, la sociedad ha reaccionado buscando caminos alternativos y ha recuperado el consumo colaborativo en todas las vertientes: intercambio de ropa o libros, automóviles compartidos, trueque de alimentos, cambio de servicios, entre muchas otras opciones.

Las posibilidades que ofrece la economía colaborativa son infinitas y solo dependen de dos personas: una que ofrezca algo y otra que lo necesite. ¿Se te ocurre una relación más sencilla y eficaz que esta?

Banco de tiempo: ejemplo de economía colaborativa

Banco de tiempo: ejemplo de economía colaborativa

Un banco de tiempo es el ejemplo perfecto de lo que es la economía colaborativa y del cambio que ha supuesto para la sociedad poner en práctica este modelo de consumo.

Todos podemos ofrecer algo: los libros del curso pasado, la ropa que le ha quedado pequeña a María o a Lucas, esa consola que lleva años guardada en un cajón, nuestra experiencia como abogados, nuestros conocimientos de inglés, etc.

Y seguro que nosotros también necesitamos algo: una plaza de aparcamiento cercana al lugar de trabajo, asesoría para elaborar nuestro primer CV, un libro de matemáticas para Mateo, aprender a elaborar vichyssoise o una persona para pasear a tu mascota.

Infórmate de si existe un banco de tiempo en tu localidad y súmate a esta interesante iniciativa. ¡Solo obtendrás beneficios! Te sentirás mucho más feliz y pleno en tu vida colaborando y compartiendo con los demás. ¡Tan solo pruébalo!

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¿Cómo crear un banco de tiempo?

Si cerca de ti no hay ninguno y te gustaría saber cómo poner en marcha un banco de tiempo que ayude a satisfacer tus necesidades y las de aquellas personas que te rodean, es cuestión de que te pongas manos a la obra y tú mismo saques adelante el proyecto.

Pero ojo: no es un proyecto cualquiera. Ten en cuenta que el servicio que se presta y la relación que se establece a través del intercambio es lo más importante de todo. Aquí te dejamos algunas claves para ello:

  • Define el proyecto: decide qué quieres hacer, cuáles son los objetivos y busca un nombre y un logotipo. Tu banco de tiempo no puede ser genérico; lo ideal es que persiga un fin específico y esté orientado a determinados grupos sociales, comunidades o colectivos que se beneficien de él.
  • Constituye un equipo gestor: encuentra los hombres y las mujeres que se ocuparán de la gestión del banco de tiempo y ten en cuenta a otras asociaciones existentes que también puedan colaborar con vosotros. Recuerda que gran parte del éxito de estas iniciativas no radica solamente en los servicios que ofrecen, sino también en el tejido social y comunal del que forman parte.
  • Considera las cuestiones legales de este modelo de intercambio. Infórmate correctamente sobre su creación y gestión y acude tú mismo al ayuntamiento o las instituciones delegadas para ello.
  • Ubica el banco del tiempo: busca un lugar de encuentro en el cual todos los usuarios del mismo puedan encontrarse y efectuar el intercambio como tal. También tienes la opción de crear un banco de tiempo por internet, por ejemplo con la plataforma gratuita Comunitats; si te inclinas por este último caso, no necesitarías buscar un local.
  • Toma de decisiones: determina la unidad de cambio, aunque lo más habitual es que sea la hora o un período de tiempo similar. Del mismo modo, ocúpate de la hoja de inscripción de los socios, los talonarios de intercambio de horas y el documento con las normas de funcionamiento del banco.
  • Dar a conocer al banco: si la gente no conoce la existencia de tu banco de tiempo, nadie se unirá. Es el momento de ponerse en contacto con asociaciones, prensa local o hacer buzoneo. A la par, establece un horario para la realización de entrevistas a los futuros miembros del banco de tiempo. Hay que tomar los datos del socio y saber qué desea ofrecer y qué quiere obtener de otros socios. En ese proceso es fundamental informarles de todo aquello que es susceptible de ser intercambiado: clases de inglés, clases de cocina, reparaciones de hogar, tareas domésticas, entre muchas otras cosas.
  • Implica a otras organizaciones: informa a hospitales, centros de mayores, colegios u otros agentes sociales de la zona en la que operará el banco. Y una vez se ponga en marcha el mismo, comprueba que los intercambios realizan de forma correcta y que cada socio cumple con aquello con lo que se comprometió. Otra fórmula para aumentar la visibilidad de tu banco es a través de mercadillos o incluso celebrando el Día sin Compra, que se celebra cada 28 de noviembre.

¿Economía colaborativa a través de un banco de tiempo? ¡Sí, quiero unirme! Y es que  al vincularnos a una iniciativa de este tipo, bien sea como promotores o como usuarios (o como ambos), todo son ventajas, ¿no crees? ¡Difúndelas y trabaja por una sociedad más sostenible y responsable y consciente de su rol! Tu implicación es, como siempre, esencial en este proceso. ¿Nos cuentas tu experiencia?

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