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Vivimos en una sociedad consumista que influye en nuestros niños y niñas. Los anuncios que ven por televisión y por la calle, el comportamiento de las personas que tienen a su alrededor, el de sus compañeros y compañeras de clase… poco a poco tienen un impacto en su forma de pensar y actuar.
Los regalos que piden para el cumpleaños o su deseo por conseguir los juguetes de moda, la ropa que llevan sus ídolos o sus amigos y amigas… Es nuestro deber como madres y padres enseñarles que la felicidad no está en lo que poseemos, sino en cómo nos comportamos ante ello. ¿Qué recursos podemos emplear para enseñar a los más pequeños el valor de un consumo responsable? ¡Ahí van algunos ejemplos!
El momento de la paga
Cuando los más pequeños se van haciendo mayores y van adquiriendo cierta independencia, llega el momento de darles la célebre “paga”. Esta asignación económica semanal, ajustada de acuerdo con su edad y sus necesidades, es una buena excusa para enseñarles a administrarse y a ser responsables con lo que obtienen de ella. Incúlcales la necesidad de ahorrar parte de esa paga (puedes, por ejemplo, regalarles una hucha) y mantente inflexible si la gastan antes de tiempo. Eso les enseñará que el dinero es un recurso limitado y que tienen que pensar bien en qué lo gastan. ¡Aprender el valor de las cosas no tiene precio!
Los regalos de cumpleaños
Todos los años se repite varias veces ese momento en que tienes que acompañar a tus pequeños a comprar el regalo de cumpleaños para su hermano o hermana, o para alguno de sus amigos o amigas de clase. ¿Por qué comprar? ¿Te has planteado la posibilidad de pasar la tarde con tu hijo o hija creando un regalo en lugar de dando vueltas en un centro comercial? Pídele que piense en esa persona especial y en qué cosas le gustan. Seguro que entre los dos se os ocurre algo que fabricar. Si se trata de un cumpleaños con fiesta incluida, pide a los otros padres y madres que hagan lo mismo. Así, los niños y niñas aprenderán que lo importante no es el precio del regalo, sino el cariño que te tiene la persona que te lo entrega.
El esfuerzo por conseguir lo que se quiere
Uno de los valores que deben aprender nuestros hijos e hijas es que las cosas cuestan un esfuerzo. Cuando tu pequeño o pequeña te pida su primera bicicleta, es un buen momento para que entienda que debe esforzarse para conseguir lo que desea. ¿Cómo? Haciendo mejor esas cosas que normalmente le cuestan esfuerzo, como mantener su cuarto ordenado, hacer los deberes, levantarse a tiempo para ir a clase… Estableced pactos y cumplidlos. Intentará que cedas, pero, de nuevo, mantente firme para que la enseñanza funcione. ¡Es cuestión de tiempo!
Predica con el ejemplo
De poco sirve que intentes educar a tus hijos e hijas en determinados valores si luego tú no los cumples también. ¿Qué haces cuando te encaprichas del último modelo de teléfono móvil? Si te lo compras inmediatamente y presumes de ello en casa, estarás lanzando mensajes contradictorios.
Muestra cómo lo que tienes también te lo ganas con esfuerzo, estableced pactos también para las cosas que tú quieres. De esta forma, tus hijos e hijas verán que crees verdaderamente en las lecciones que les enseñas. Necesitas ser un ejemplo positivo, pues los niños y niñas tienden a imitar tus comportamientos. ¿Y qué mejor modo de educar, casi sin darte cuenta, que poniendo en práctica los valores en los que crees? ¡Hoy es un buen día para empezar!