En un mundo donde el 1 % más rico ha acumulado 33,9 billones de dólares en una década (suficiente para acabar con la pobreza 22 veces) parece absurdo preguntarse si hay dinero para financiar la justicia global. Y sin embargo, esa fue la gran incógnita que sobrevoló la Cuarta Conferencia Internacional sobre Financiación para el Desarrollo (FfD4), celebrada en Sevilla. ¿Es posible financiar una cooperación internacional justa en un contexto de recortes, desigualdad extrema y desconfianza en el multilateralismo?

Desde Oxfam Intermón estuvimos allí. No solo como observadores, sino como actores decididos a poner el foco en la fiscalidad justa, la financiación climática y la gobernanza global. Y lo que vimos, lo que reclamamos, y lo que denunciamos, tiene mucho que ver con cómo se siguen reproduciendo lógicas coloniales que perpetúan la injusticia global.

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La conferencia de Sevilla: una oportunidad, un espejo, una alarma

La conferencia de Sevilla llegó en un momento crítico, mientras millones de personas pierden acceso a ayuda humanitaria esencial y muchos gobiernos, incluidos los del G7, recortan sus aportaciones a la cooperación. Estamos siendo testigos de cómo en lugar de reforzar los lazos solidarios, se apuesta por más gasto militar, menos impuestos a los superricos y una arquitectura financiera global profundamente desigual.

Sevilla fue, al mismo tiempo, una oportunidad para reclamar otra forma de financiar el desarrollo, un espejo que reflejó las contradicciones del sistema actual, y una alarma ante la posibilidad real de un colapso del multilateralismo.

 

¿Cómo financiar la justicia global? Las propuestas clave

Desde Oxfam Intermón defendimos que sí hay caminos para financiar una cooperación transformadora. Pero requieren valentía política, redistribución del poder y un compromiso real con la justicia. Estas son algunas de nuestras principales propuestas:

Justicia fiscal internacional

Que los superricos tributen lo que les corresponde. Actualmente, apenas contribuyen con un 0,3 % de su riqueza. Urge establecer mecanismos fiscales globales que eviten la evasión y obliguen a quienes más tienen a aportar al bien común.

Cancelación y sostenibilidad de la deuda

Los países del sur global destinan millones a pagar intereses, mientras se les niega financiación para servicios públicos o transición ecológica. La deuda es una forma moderna de dominación y debe ser revisada, garantizando que se gestiona en Naciones Unidas con participación de los países endeudados.

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Financiación climática adicional, no condicionada ni financierizada

Los fondos climáticos deben llegar a quienes más sufren los impactos del cambio climático. No pueden ser préstamos con intereses ni sustituir otras formas de cooperación. Y deben gestionarse con mecanismos democráticos y transparentes que garanticen que los países con más responsabilidad en las emisiones se responsabilicen de manera proporcional.

Inversión en cuidados, igualdad y servicios públicos

Una cooperación verdaderamente transformadora no puede dejar fuera la financiación el trabajo de cuidados, la educación, la salud o la justicia de género. Son inversiones con un retorno social incalculable.

Reformar la arquitectura financiera internacional

Instituciones como el FMI o el Banco Mundial no pueden seguir respondiendo a los intereses de unos pocos países. Necesitamos una gobernanza más inclusiva, representativa y centrada en derechos humanos.

 

¿Y España? Mucho que decir... y más que hacer

España tiene un mandato legal de destinar el 0,7 % de su Renta Nacional Bruta a cooperación. Sin embargo, en 2024 solo llegó al 0,25 %. Mientras tanto, aumentó el gasto en defensa con más de 10.000 millones de euros. ¿Qué pasaría si esa inversión se destinara a cooperación? Que estaríamos entre los países más comprometidos del mundo. Que seríamos un país mejor.

Como ciudadanía, debemos exigir a nuestros gobiernos que cumplan sus compromisos y no utilicen la cooperación como moneda de cambio geopolítica. La financiación de la justicia global no es caridad, es una deuda pendiente.

 

Otra cooperación es posible. La justicia global también

En Oxfam Intermón creemos firmemente que la justicia global no es una utopía. Es un derecho. Y financiarla, una obligación. Por eso, seguiremos presionando, proponiendo y construyendo alianzas para lograrlo. Puedes ayudarnos firmando nuestra petición.

¿Quieres profundizar más en nuestras propuestas y análisis? Puedes descargar nuestro informe completo aquí:

Informe “Cooperación internacional para la justicia global” de Oxfam Intermón

Y si te interesa conocer más sobre por qué una cooperación decolonial es el único camino posible, te recomendamos leer este artículo sobre cómo decolonizar la cooperación internacional.

 

Firma la petición para el Gobierno de España

Exijamos actuar con justicia y responsabilidad, aquí y en Europa. Es mucho lo que está en juego, pero si actuamos, podemos cambiar el rumbo. Firma. Alza la voz.