En un mundo en el que las desigualdades crecen a un ritmo alarmante, resulta imprescindible replantearnos cómo se distribuyen los recursos económicos. Los multimillonarios, que representan un porcentaje mínimo de la población mundial, acumulan una cantidad de riqueza desproporcionada, mientras millones de personas luchan por cubrir sus necesidades básicas.  

Ante esta realidad, surge una pregunta clave: ¿por qué los más ricos deberían pagar más impuestos? La respuesta está directamente relacionada con la justicia social, la lucha contra la pobreza y la construcción de sociedades más igualitarias. 

La injusticia fiscal: ¿cómo los más ricos evaden impuestos? 

Uno de los mayores problemas asociados a la acumulación extrema de riqueza es la evasión fiscal. Si bien la evasión y la elusión de impuestos son prácticas diferentes (la primera es ilegal y la segunda, en muchos casos, legal), ambas erosionan los recursos públicos que deberían destinarse al bienestar colectivo. 

Grandes fortunas y corporaciones utilizan estrategias como el uso de paraísos fiscales, exenciones tributarias y vacíos legales para reducir drásticamente los impuestos que pagan.  

Según informes recientes, muchos multimillonarios llegan a pagar tasas efectivas de impuestos más bajas que trabajadores y trabajadoras de ingresos medios, como maestras o limpiadores. 

Esta situación pone de manifiesto una profunda injusticia fiscal. Mientras los multimillonarios disfrutan de beneficios fiscales desproporcionados, millones de personas ven cómo los servicios públicos esenciales, como la educación o la sanidad, se ven afectados por la falta de financiación.

 

Beneficios de que los ricos paguen más impuestos 

Gravar de forma justa a los más ricos no solo es una cuestión ética, sino también una decisión estratégica para promover el desarrollo sostenible. 

Entre los principales beneficios de aumentar los impuestos a los multimillonarios se encuentran:

Reducción de la desigualdad 

Los multimillonarios concentran un porcentaje desproporcionado de la riqueza mundial. Según datos de Oxfam Intermón,  el 1 % más rico posee más riqueza que el 95 % de la población mundial en conjunto. 

Si estas grandes fortunas contribuyeran con su parte justa, se podrían redistribuir los recursos de manera más equitativa, reduciendo las enormes brechas entre personas ricas y pobres. 

Mayor inversión en servicios públicos 

Un impuesto anual sobre la riqueza de los multimillonarios podría generar ingresos significativos para los gobiernos. Según cálculos de Oxfam Intermón, un gravamen de hasta el 5 % sobre las grandes fortunas podría recaudar 1,7 billones de dólares al año. 

Este dinero podría destinarse a fortalecer sistemas de salud, educación e infraestructuras, mejorando la calidad de vida de millones de personas y evitando que más familias caigan en la pobreza. 

Impulso a la economía productiva 

La idea de que gravar a los más ricos desincentiva la economía es un mito. Los altos impuestos a las grandes fortunas y corporaciones han coexistido históricamente con décadas de crecimiento económico y creación de empleo, como ocurrió en países como Estados Unidos durante los años 50 y 60. 

En realidad, recaudar más impuestos de los más ricos permite a los gobiernos invertir en áreas clave, como la investigación, el desarrollo sostenible y la infraestructura, fomentando una economía más inclusiva. 

Justicia social 

El pago justo de impuestos por parte de los multimillonarios no solo reduciría las desigualdades económicas, sino también las desigualdades de poder. 

En la actualidad, las grandes fortunas no solo compran bienes y activos, sino también influencia política y mediática. Esto perpetúa un sistema que favorece a unos pocos en detrimento del bienestar colectivo. 

 

Desmontando los mitos: los ricos y la creación de empleo 

Uno de los argumentos más comunes para justificar los bajos impuestos a los multimillonarios es que estos generan empleo y crecimiento económico. Sin embargo, esta idea no se sostiene.  

Muchas de las grandes fortunas no provienen de actividades productivas, sino de ingresos pasivos, herencias y rendimientos financieros. Además, cuando se recortan impuestos a los ricos, los gobiernos pierden recursos para invertir en sectores esenciales, lo que, en última instancia, afecta negativamente a la creación de empleo. 

Por otro lado, existen ejemplos históricos que demuestran que los altos impuestos no frenan la economía, sino que la potencian. 

En las décadas de 1950 y 1960, cuando las tasas impositivas para los más ricos eran significativamente más altas, los países desarrollados experimentaron una de las épocas de mayor crecimiento económico. Esto demuestra que gravar a los multimillonarios de manera justa no solo es posible, sino también beneficioso para toda la sociedad. 

 

¿Por qué gravar a los multimillonarios es una medida de justicia social? 

La riqueza extrema no es un signo de salud económica, sino de un sistema roto que perpetúa las desigualdades. 

Según Oxfam Intermón, la riqueza creada en nuestras sociedades no se distribuye de manera justa, sino que se concentra en las manos de unos pocos. 

Gravar a los multimillonarios es una medida necesaria para redistribuir los beneficios del crecimiento económico, garantizar servicios básicos para todas las personas y construir sociedades más equitativas. 

Además, enviar un mensaje claro sobre la necesidad de justicia fiscal también contribuye a fortalecer la confianza en los gobiernos y las instituciones, mostrando que las reglas del juego son iguales para todas las personas. 

 

¿Qué proponemos desde Oxfam Intermón? 

Desde Oxfam Intermón defendemos un sistema fiscal más justo que garantice que quienes más tienen contribuyan en mayor medida al bienestar colectivo. Esto incluye: 

  • Un impuesto a la riqueza progresivo: que aumente la recaudación de aquellas personas con mayores recursos. 
  • Eliminación de paraísos fiscales: para garantizar que las grandes fortunas no eludan sus responsabilidades fiscales. 
  • Mayor transparencia fiscal: para que las empresas y los más ricos no puedan esconder sus ganancias. 

El dinero recaudado podría financiar hospitales, escuelas, proyectos sostenibles y programas de lucha contra la pobreza, transformando millones de vidas en todo el mundo. 

El pago justo de impuestos por parte de los multimillonarios es una herramienta clave para reducir las desigualdades, fortalecer los servicios públicos y construir un mundo más justo. No se trata de demonizar a los ricos, sino de garantizar que quienes más tienen contribuyan de manera proporcional y justa a los beneficios que reciben de la sociedad. 

 

En Oxfam Intermón, seguimos luchando para que las políticas fiscales pongan a las personas en el centro, porque solo con justicia social y económica podremos construir un futuro libre de pobreza y mejor para todas las personas.