La desigualdad sigue aumentando. Los ricos son cada vez más ricos y los pobres cada vez más pobres en una espiral que no hace más que aumentar. Podríamos pensar que la desigualdad extrema es un problema inevitable, que siempre ha existido y siempre existirá. Pero no es así. Te explicamos por qué y qué le pedimos a los líderes reunidos en el Foro Económico Mundial que se reúne en Davos entre el 21 y el 24 de enero de 2015.

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Sao Paulo, Brasil. La favela Paraisópolis bordea el distrito afluente de Morumbi. 2008 © Tuca Vieira / Oxfam

Hablar sobre desigualdad está de moda. De hecho, líderes mundiales de la talla de Barak Obama o Christine Lagarde ya han expresado su preocupación por este tema, pero hasta el momento sólo han sido eso, palabras. Por eso, creemos que ha llegado el momento de pasar a los hechos. Este año Winnie Byanyima, Directora  Ejecutiva de Oxfam Internacional, copresidirá la reunión anual del Foro Económico Mundial y aprovechará la reunión para pedir a los líderes mundiales que, más allá de los discursos, pongan en marcha políticas que benefician a la mayoría de los ciudadanos del mundo y no sólo a unos pocos.

La reunión del Foro Económico Mundial que se celebra de Davos, Suiza, reúne a los principales líderes financieros, empresariales y políticos del mundo para analizar los problemas más apremiantes a lo que se enfrenta el planeta. Y la desigualdad es uno de los primeros de la lista. Por ello hemos lanzado el informe Riqueza: tenerlo todo y querer más en el que alertamos de que de seguir la tendencia actual en 2016 el 1% más rico de la población tendrá más riqueza que el resto de la población mundial. Estamos hablando que 70 millones de personas acumularán más que  los 7.000 millones restantes. 

¿Cómo me afecta a mí la desigualdad?

El aumento descontrolado de la desigualdad es un problema global. Nos afecta a todos y todas, no sólo a los más pobres, como podríamos pensar, sino que tiene una repercusión en toda la sociedad. Si una pequeña élite concentra la mayoría de la riqueza podrá ejercer una  gran presión sobre las instituciones para que las políticas que afectan a sus ámbitos de negocio se inclinen a su favor. Y aunque ejercer presión no tiene por qué ser en sí mismo nada malo y forma parte de la democracia, lógicamente si unos pocos acumulan la mayoría de recursos su capacidad de influencia será desproporcionada y amenazará el ejercicio de una verdadera democracia basada en el interés de la mayoría.

Para entenderlo bien tenemos que preguntarnos quiénes son estas élites y qué intereses tienen. Podemos poner algunos ejemplos claros: el 20% de los milmillonarios tiene intereses en los sectores financiero y de seguros. En 2013, estos sectores emplearon 550 millones de dólares en financiar ejércitos de lobistas, es decir, grupos que presionan sobre los gobiernos, para influir sobre las políticas que se deciden desde Washington y Bruselas. Otros sectores como el farmacéutico y sanitario gastaron en lobby unos 500 millones de dólares. Lógicamente, todo ello puede influir en muchos ámbitos de nuestra vida como, por ejemplo, el acceso a medicamentos.

España a la cabeza de la desigualdad de la UE

Nuestro país es líderes en desigualdad. No es un título para estar orgullosos. Según datos de la OCDE, somos el segundo país más desigual de Europa, tan solo por detrás de Letonia. Y somos también el país en el que el sistema fiscal es menos efectivo en la reducción de la desigualdad porque  las políticas actuales refuerzan esta concentración de riqueza en manos de unos pocos. En este punto es donde entra en juego la capacidad de presión que tienen las élites para influir en las políticas que hemos explicado antes.

Por eso hemos comenzado una ronda de contactos con los distintos partidos políticos de cara a los procesos electorales de este año para que incorporen en sus programas medidas concretas para reducir la desigualdad. Además, participaremos el día 22 de enero con una mesa sobre alternativas a la desigualdad extrema en el primer Foro de Davos en Madrid, un encuentro que tiene lugar de forma paralela a la reunión en Davos. Podrás seguirlo en streaming desde la página web de la fundación Rafael del Pino.

Si tú también quieres que la brecha entre ricos y pobres se reduzca puedes pedir a los líderes mundiales que actúen para acabar con la desigualdad extrema firmando la petición en nuestra web. Si quieres conocer más sobre desigualdad, sus causas y consecuencias, te invitamos a visitar nuestra web sobre Desigualdad.

La desigualdad extrema es evitable. Sólo es una cuestión de prioridades y de voluntad política.