Lunes: a las 7.30 ya estoy en la piscina (30 minutos, no da para más) y vuelvo a casa a levantar a mis hijas para ir al colegio. Por suerte, los lunes puedo teletrabajar.
Martes: no veo a las niñas hasta las 18.00, cuando regreso del trabajo. Juegos, baño, cena, cuento y a dormir. Yo aprovecho para hacer algo de estiramientos y yoga en el sofá con unos videos de youtube (15 minutos).
Miércoles: la extraescolar de patinaje me da media hora extra para salir a correr un rato (45 minutos).
Jueves: como el martes, pero después del cuento salgo a jugar a padel con 3 madres más del colegio (60 minutos). Los días de frío y viento son los peores, ¡pero hay que jugar sí o sí!
Viernes: las niñas y yo volvemos del colegio a casa caminando (90 minutos). Para ellas es una excursión y para mí… me sabe a poco y aprovecho cuando se bañan (15 minutos) para hacer algo de elíptica (gran decisión, ponerla en la habitación).
Sábado: cuando se levantan las niñas ya he vuelto de correr (60 minutos).
Domingo: allá donde vayamos a pasar la mañana intento llegar yo en bici (120 minutos), ellas en el coche con su padre.
Y ese es todo mi entrenamiento. Un par de veces al año puedo escaparme a hacer alguna carrera y hasta alguna excursión, pero encontrar tiempo para entrenar con el trabajo, las niñas… Y lo necesito. En abril quiero volver a participar en Trailwalker, la marcha de 100 km de Oxfam Intermón."
Un desafío deportivo y solidario
Esto es lo que nos ha contado una de las participantes de la quinta edición del Oxfam Intermón Trailwalker cuando le preguntamos cómo se entrenaba. ¡Y nos ha impactado! Pero tiene razón, hay que sacar tiempo de debajo de las piedras porque completar un Trailwalker requiere estar preparado y motivado, ya que se trata de una marcha de 100 km en menos de 32 horas en la que equipos de cuatro personas tienen que caminar o correr y llegar juntos a la meta.
Participo con 3 compañeras más del trabajo y ya casi hemos recaudado los 1.500 euros necesarios para participar. El año pasado se recaudaron más de 942.000 euros que Oxfam Intermón destinó a diferentes proyectos. Nuestro equipo conseguimos 2.300 euros gracias a los amigos y la familia, una venta de camisetas y cuatro desayunos solidarios en el trabajo, que triunfaron entre todos los compañeros y compañeras de la oficina.
En realidad son 6 participantes por equipo, porque 2 personas lo hacen como equipo de apoyo y les prepara la pasta, bebidas, ropa de recambio… sonrisas, abrazos, muchas palabras de ánimo que les ayuda a seguir un tramo más hasta llegar a meta. ¡Una experiencia increíble!
Esta misma participante nos cuenta que como su equipo lo formaban compañeras de trabajo, se generó muy buen ambiente. Incluso su departamento de RRHH lo destacó como la mejor actividad de teambuilding que había hecho la empresa, porque incluso los que no participaban estaban entusiasmados y las animaron mucho.
Además, en todo el recorrido la presencia de voluntarios y voluntarias de la organización es muy importante. Cortan fruta, reparten botellas de agua y ayudan a los participantes con cualquier necesidad para que puedan continuar y alcanzar la meta. Es una muy buena forma de participar en el Trailwalker sin necesidad de recorrer los 100 kilómetros.
Mucho más que una carrera
Pero el desafío empieza mucho antes del disparo de salida. Y es que esta marcha (en realidad no es una carrera porque no es competitiva) tiene un único objetivo: acabar con el hambre y la pobreza. Los fondos recaudados se destinan a cambiar las vidas de miles de personas en todo el mundo.
Este año los participantes del Oxfam Intermón Trailwalker caminarán para evitar, por ejemplo, que las mujeres y niñas de Chad tengan que caminar hasta 5 y 6 horas para ir a buscar agua. Con los donativos recaudados Oxfam Intermón facilitará acceso al agua potable a más de 30.000 personas .
En la web del Trailwalker está todo: información de la carrera y proyectos de Oxfam Intermón, inscripciones, consejos de entrenamiento y recaudación. Y también hay un blog con muchísimas más historias y vivencias en www.trailwalker100km1causa.com.
Encontrar tiempo para entrenar y hacerlo a horas intempestivas es duro, pero me motiva el trabajo de Oxfam Intermón, mis compañeras de equipo y de oficina y el recuerdo del abrazo de mis hijas cuando llegamos a meta. De alguna manera, creo que también corro por ellas, por inculcarles mi pasión por el deporte y la solidaridad.