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Si formas parte de ese gran conjunto de la ciudadanía que se preocupa por separar sus desechos domésticos facilitando así su reciclaje, puede que te hayas hecho alguna vez esta pregunta: ¿qué pasa con los residuos industriales que generamos?
En este post vamos a dar un par de vueltas a este tema. Y nos encantaría que nos acompañaras.
Primero, formulemos la pregunta básica: ¿qué entendemos por residuos industriales?
La ley 22/2011 de 28 de julio, de residuos y suelos contaminados, define:
Residuo: “cualquier sustancia u objeto que su poseedor deseche o tenga la intención o la obligación de desechar”.
Residuos industriales: “residuos resultantes de los procesos de fabricación, de transformación, de utilización, de consumo, de limpieza o de mantenimiento generados por la actividad industrial, excluidas las emisiones a la atmósfera reguladas en la Ley 34/2007, de 15 de noviembre”.
A partir de aquí, entremos ya en materia...
¿Cómo debe ser su gestión para garantizar la salud y proteger el medio ambiente?
Con el objetivo de preservar la biodiversidad se sigue la normativa establecida por la Unión Europea. ¡Veamos en qué consiste!
En la Directiva 2008/98/CE sobre los residuos se recoge que los países miembros deben tomar las medidas oportunas para garantizar que su gestión se efectúa de modo que esta no suponga una amenaza para la salud humana ni dañe al medio ambiente.
Deben procurar:
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No generar riesgos para el suelo, el agua, el aire, la flora y la fauna.
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No ocasionar molestias por los olores o el ruido.
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No perjudicar los lugares de especial interés ni los paisajes.
Emplearán, por tanto, unas técnicas apropiadas en cuanto a la gestión, recuperación y reciclado de los residuos, buscando prevenir o restringir su impacto sobre los recursos y mejorando la eficacia de su utilización.
Además, establece los principios de “quien contamina paga” (que conduce a que sea el productor original de los residuos quien se encargue de los costes de su gestión) y la “responsabilidad ampliada del productor” (que conlleva que el fabricante acepte y elimine los productos devueltos tras haber sido usados).
Siguiendo las indicaciones de la Directiva Marco de Residuos, España cuenta con el Programa Estatal de Prevención de Residuos 2014/2020, centrado en cuatro aspectos fundamentales: la reducción de la cantidad de residuos, reutilización y alargamiento de la vida útil, reducción de la peligrosidad y reducción de los impactos ambientales.
Residuos que acaban en países desfavorecidos
Es evidente que los países en desarrollo se han convertido en el destino de la basura de los países ricos. Pero ¿por qué?
La razón está en que muchas de las regiones receptoras no disponen de los mecanismos necesarios para su gestión, reciclaje o posterior eliminación, y con este procedimiento se está contribuyendo en gran medida al surgimiento de vertederos ilegales.
En ellos se van depositando residuos que no han sido tratados de forma adecuada, lo que conlleva daños tanto para la salud de sus habitantes como contaminación ambiental.
Desde Ecologistas en Acción nos alertan de que a medida que se han ido endureciendo las leyes en la UE, ha aumentado el transporte de sustancias peligrosas de los países ricos con destino a otros con escasa o nula protección ambiental.
Sin ir más lejos, la propia Katharina Peiry, siendo secretaria ejecutiva de la ONU, afirmó en 2008 que “las potencias ricas utilizan a las naciones en desarrollo como vertederos de sus desechos tóxicos, aprovechándose de la falta de recursos técnicos”.
¿Hay solución?
La clave, según la ONG, está en mejorar la legislación de los países receptores en una mayor cooperación y compromiso de los productores, así como en más concienciación por parte de los consumidores.
Greenpeace habla de la idea del “residuo cero”, un concepto que engloba no solo la gestión de los residuos, sino también el diseño de los artículos, que busca prolongar su vida útil.
El objetivo sería, pues, una mayor producción de objetos reutilizables y reciclables, disminuyendo la generación de basuras por parte de la industria. ¡No todo está perdido!
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