Todas nuestras acciones, incluso las más pequeñas, tienen repercusiones. Ser conscientes de ello y asumirlo es lo que conocemos como responsabilidad social. 

Cuando te preguntas, por ejemplo, hasta qué punto eres responsable de lo que ocurre a tu alrededor, en qué medida te puedes o debes sentir responsable de lo que les sucede a los demás, o de qué manera tus acciones cotidianas repercuten sobre tu entorno, estás poniendo precisamente sobre la mesa los principios de la responsabilidad social.

concepto de responsabilidad social  

Cómo valorar nuestra responsabilidad social

Para valorar nuestro el grado de responsabilidad de nuestras acciones cotidianas, podríamos empezar haciéndonos unas cuantas preguntas más. Por ejemplo:

  • ¿Has pensado cómo reducir tu consumo de agua?
  • ¿Te has fijado en el gasto innecesario de energía que se produce en tu hogar?
  • ¿Qué hábitos podrías cambiar para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero?

Decía Dostoievski: «Si nos podemos preguntar: ¿Soy responsable de mis actos?, entonces es que sí lo somos». Y no solo a título individual, es decir, con nuestras acciones como individuos, sino también frente a las acciones de terceros, de empresas e instituciones públicas y privadas que dependen, en mayor o menor medida, de nosotros y nosotras como público, ciudadanía y personas consumidoras que somos.   

Por ejemplo, cuando consumimos un cierto tipo de productos no solo somos responsables de sus efectos sobre nuestra salud, o sobre nuestra economía particular; nuestra decisión tiene efectos sociales directos e indirectos que debemos valorar si nos consideramos consumidores/as responsables.

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Algunas medidas socialmente responsables para el día a día

Reducir y mejorar la huella ecológica de nuestras acciones no es en modo alguno complicado. Cerrar las luces que no necesitamos, usar el transporte público o comprar electrodomésticos de alta eficiencia energética (que, aunque sean más caros a simple vista, a la larga permiten ahorrar importantes sumas de dinero en electricidad) son algunas de las medidas que, casi sin esfuerzo, contribuirán a hacer más leve nuestro impacto sobre el medio ambiente.

Pero no son las únicas medidas que podemos tomar en este sentido, desde un punto de vista ambiental:

  • Adquirir productos de proximidad: participar en cooperativas de consumo responsable es una experiencia única y muy gratificante. Además de conocer a gente nueva con intereses similares a los tuyos, y de beneficiarte de mejores precios gracias a las compras colectivas, contribuirás a potenciar la producción local y de kilómetro 0, consumirás productos ecológicos obtenidos con procesos completamente biológicos y naturales, ¡y todo ello casi sin moverte de tu casa!
  • Ahorrar comida: si compramos los justo, lo que nos sea necesario para el día a día nos ahorraremos tener que tirar comida a la basura, minimizando el impacto de nuestros residuos sobre el medio ambiente y, lo más importante, contribuyendo a reducir y reorientar las necesidades de producción de alimentos a fines mucho más beneficiosos.

Entroncando con lo anterior, desde el punto de vista del consumo en general también puedes tener en cuenta las siguientes medidas de responsabilidad social:

  • Comprar en tiendas de comercio justo:  en las tiendas (físicas u online) de comercio justo puedes adquirir todo tipo de productos que garantizan su procedencia de redes de comercio solidarias, respetuosas con el medio ambiente y los derechos fundamentales de las personas.
  • Adquirir productos de marcas que se preocupen por minimizar su impacto ambiental y mejorar las condiciones de vida de las personas. Si te interesa saber el impacto social y medioambiental de las 10 grandes empresas de alimentación y bebidas del sistema alimentario mundial, puedes visitar la web Behind the Brands, una campaña lanzada por Oxfam para conocer al detalle el compromiso de las marcas de productos más conocidas.

Y por supuesto, para difundir el mensaje y contribuir a que cada vez más gente se responsabilice del impacto social y medioambiental de sus acciones, también puedes:

  • Hacerte eco de las campañas de sensibilización de ONG y entidades solidarias: puedes participar activamente en las actividades de sensibilización, de información y de denuncia llevadas a cabo por ONG y organizaciones solidarias de todo tipo, a través de los distintos programas de voluntariado o, si no dispones de tiempo, ampliando la repercusión de su mensaje a través de Internet, compartiendo las informaciones en las redes sociales en las que participes. ¡Cualquier aportación es bienvenida! 
  • Hacer llegar a las empresas y las instituciones tu compromiso con la responsabilidad social, a través de mensajes, llamadas o participando en campañas organizadas por las organizaciones solidarias involucradas en exigir un mayor grado de responsabilidad social a entes públicos y privados. 

 

El debate sobre el tema no está ni mucho menos cerrado y es sumamente enriquecedor, aunque a veces genere contradicciones y controversias. Te animamos a contribuir aportando tu opinión, haciéndonos llegar tus comentarios y medidas alternativas para reforzar nuestro compromiso con las acciones responsables... así que, ¡aquí te esperamos!

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