Uno de los problemas relacionados con el cambio climático es la incerteza que provoca entre la comunidad investigadora: pese a que la mayoría de estudios y opiniones se centran en que la temperatura global subirá entre 1,8 y 4 grados durante este siglo, hay voces que se alzan en una posición diametralmente opuesta.
Por ejemplo, existen estudios que afirman que el planeta podría entrar en un proceso de enfriamiento global... ¡Sí, lo has leído bien!
¿Cuáles son las fuentes que hablan del enfriamiento global?
El enfriamiento global no es una posibilidad remota. Así lo ha afirmado un equipo de investigadores de la Universidad de Northumbria, en Reino Unido, quienes consideran que el mundo lo sufrirá, entre los años 2030 y 2040, y estaremos ante una pequeña edad del hielo como la que se presentó en los siglos XVII y XVIII.
Los resultados de este estudio se han presentado durante el Encuentro Nacional de Astronomía de Llandudno y hablan de un enfriamiento global, aunque después de un verano como el que acabamos de pasar… ¡quién lo diría!
Según se desprende de esta investigación, el enfriamiento global se produce de forma cíclica y está directamente relacionado con los cambios que sufre el campo magnético del Sol, así como con las manchas solares que se pueden apreciar en la superficie de este cuerpo celeste.
Dichas manchas, además, varían cíclicamente y tienen gran influencia en el ambiente terrestre, quedando reflejados gracias a isótopos como el Carbono 14 o el Berilio 10.
¿Por qué se produciría un enfriamiento global del planeta?
Los investigadores de Northumbria han dedicado buena parte de su trabajo a analizar las variaciones que se producen en las ondas emitidas por el Sol y, según los resultados, concluyen en que éste cambia su polaridad en ciclos de 11 años, hecho que influye en la cantidad de manchas solares que se pueden apreciar en su superficie.
De esta manera pudieron confirmar que la variación en las ondas hace que haya más o menos manchas y, también, que éstas sean un buen indicador de la actividad solar. Conoce otras conclusiones del estudio:
- Sus autores afirman que entre 2030 y 2040 habrá un número extremadamente bajo de manchas solares y que, por tanto, la actividad del Sol alcanzará mínimos muy parecidos a los que se presentaron durante la denominada Pequeña Edad del Hielo.
- El ozono mantiene calientes las corrientes de aire y se forma gracias a los rayos ultravioletas que emite el Sol. Cuando la actividad solar es intensa, se produce mucho más ozono debido a las llamaradas solares. Por tanto, si esta actividad disminuye, también lo hará la cantidad de ozono atmosférico, con lo cual será más difícil mantener calientes las capas bajas de aire de la atmósfera.
- Sin embargo, será necesario esperar al menos 10 años más para confirmar que las predicciones del equipo de la Universidad de Northumbria son acertadas y, sobre todo, será necesario dedicar más esfuerzos al estudio tanto del enfriamiento global del planeta como de las consecuencias que pueda acarrear a nivel social, económico y ambiental.
Enfriamiento global, ¿es tan lejano como pensamos?
Oímos hablar de fechas que nos parecen lejanas, pero en realidad no lo son tanto. Basta con pensar en nuestros hijos o nietos para darnos cuenta de que las predicciones que señalan estudios como el de la Universidad de Northumbria son parte de nuestro futuro inmediato. ¿Te lo habías planteado de este modo?
Por tanto, quizá convenga recordar que todos nuestros actos, por mínimos que sean, tienen un impacto en la salud y el equilibrio del planeta.
No obstante, y aunque haya muchos factores que influyen en el cambio climático, la huella humana puede inclinar la balanza hacia un lado o el otro: o bien hacia la destrucción o bien hacia la conservación. ¡Minimiza tu impacto sobre el entorno con pequeños gestos cotidianos y enseña a tus pequeños y pequeñas que la naturaleza es tu legado más preciado! ¿Te sumas a la acción?