¿Has escuchado alguna vez hablar del bioplástico? Está adquiriendo fama en los últimos tiempos, y lo mejor es que ya podemos encontrar muchos productos de nuestra vida diaria que tienen este material en parte de su composición.

¿Quieres conocer más sobre los bioplásticos y cómo nos ayudan a nuestra sostenibilidad diaria? Todas las respuestas, ¡en este post!

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Bioplástico: alternativa a los contaminantes

Con el bioplástico se intentan conseguir los polímeros naturales a partir de restos agrícolas no contaminantes, como la celulosa, partes del maíz o incluso almidón obtenido de la patata. Esto significa que se biodegradan totalmente, y la ventaja es que esto no afecta a su resistencia, por eso ya se están empezando a utilizar en la industria y en el sector sanitario, pero sobre todo para fabricar envases.

Lo estamos empezando a encontrar en Europa y Estados Unidos bajo el nombre de PHA, y se calcula que en 10 años podría suponer un 10 % del mercado total en el mundo. ¡Esperamos que estas previsiones se cumplan e incluso aumenten!

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¿Cómo se obtiene el bioplástico?

El procedimiento es sencillo: se genera a través de la fermentación de la materia vegetal gracias a la acción de algunos tipos de bacteria. De esta forma, se obtiene una sustancia parecida al plástico convencional y se usa para moldearla por inyección en piezas con formas concretas y crear partes de automóviles o láminas para embalaje.

Este “plástico natural” se produce a través de las bacterias llamadas pseudomonas putida, y su resultado final recuerda mucho al film transparente que usamos para conservar alimentos en nuestra cocina, pero la diferencia es que este plástico natural no contamina. 

Beneficios del bioplástico: todo lo que tienes que saber

  • Contamina menos, por eso se reduce el impacto ambiental.
  • Ahorra recursos durante su proceso de producción.
  • Para fabricarlo no se usa energía no renovable.
  • No contiene aditivos peligrosos como el bisfenol A.
  • Si se usa como embalaje, no modifica el sabor u olor del alimento.

Pero… ¿cuál es el aspecto final del bioplástico?

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Una de sus ventajas principales es que no notarás la diferencia con respecto al plástico de toda la vida. Por ejemplo, una de las formas más habituales en las que verás este bioplástico es en forma de bolsas de las que te pueden dar en el supermercado, y son exactamente igual de fuertes y resistentes que las otras.

¿Y cuál es, entonces, la diferencia? No tener que preocuparte por la huella que dejas en el medio ambiente, por lo que su uso para fines de consumo podría suponer un gran cambio en el proceso de contaminación que depende directamente del usuario final. Este tipo de bolsas pueden llegar a biodegradarse en 60 días, mientras que las de plástico convencional podrían tardar décadas. ¡Una razón de peso para apostar por ellas!

Pero es que, además, el bioplástico ya se está empezando a usar en otros sectores como el de la medicina, para materiales desechables que pueden afectar a la salud de nuestro planeta o incluso en el mundo de la moda ecológica.

Y tú, ¿apostarás por el bioplástico? En Oxfam Intermón trabajamos para potenciar el uso de materiales reciclados pero también el reciclaje, para evitar que cuando usemos algunos que no lo son, podamos reducir su impacto ambiental reutilizándolos.

Recuerda que podemos contribuir a la sostenibilidad del planeta con otras acciones, como el ahorro de recursos. Echa un vistazo a nuestro ebook gratuito sobre consumo repsonsable, en el que podrás encontrar algunas ideas interesantes para aplicarlas desde hoy mismo. ¡Invierte en las 3R, invierte en nuestro planeta!

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