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Un pantalón para los y las peques, unos zapatos para papá, un kilo de manzanas para la abuela, el seguro de automóvil… ¿Te has preguntado alguna vez la cantidad de compras que hacemos al cabo del año? En cada una de ellas actuamos como personas consumidoras. ¿Crees que siempre lo hacemos con responsabilidad? O dicho de otro modo: ¿os consideráis consumidores responsables? ¡Hoy te retamos a averiguarlo!
Algunas claves para ser consumidores y consumidoras responsables
En el año 2002, con motivo de la Cumbre de la Tierra, Naciones Unidas ya explicaba que “una de las principales causas de que continúe deteriorándose el medio ambiente mundial son las modalidades insostenibles de consumo y producción, particularmente en los países industrializados”.
Han pasado algunos años y el problema persiste, incluso con una tendencia a hacerse cada vez más agudo. Las revisiones y los estudios al respecto así lo señalan. ¿Qué tal si hacemos algo? ¿Qué tal si nos ponemos en marcha con acciones como las siguientes?
- Opta por consumir sólo lo necesario, y piensa en si realmente necesitas ese producto o servicio antes de adquirirloo si simplemente estás siendo influenciado por el marketing publicitario. ¿Es necesario comprar algo nuevo? Puedes plantearte otras opciones igual de válidas, por ejemplo intercambiar, reutilizar o reparar productos. De este modo contribuirás a minimizar el uso de las materias primas.
- Elige productos de proximidad, con etiqueta de producto ecológico, o que hayan sido elaborados según los requerimientos del Comercio Justo.Todos estos productos los puedes encontrar en tiendas solidarias. Son la principal garantía de que los productores y productoras, así como las empresas fabricantes, respetan los criterios sociales, éticos y
- Escoge aquellos productos cuyos componentes puedan ser reciclados. Así cuando termine su vida útil, podrás llevarlo a un punto de recogida seleccionada para su posterior reciclaje.
Cómo ser consumidores y consumidoras responsables y evitar el desperdicio alimentario
Según la Comisión Europea cada año se desaprovechan más de 1.300 millones de toneladas de alimentos en todo el mundo. Esta cifra es 1/3 de la producción mundial, y 89 millones de toneladas corresponden a la Unión Europea.
La realidad es que podríamos evitar el desperdicio de alimentos si nuestros hábitos de consumo fuesen más comprometidos, pues este despilfarro está relacionado con nuestros inadecuados hábitos de compra y consumo, sumados a una incorrecta gestión de los alimentos que adquirimos. ¡Solo debemos tomar conciencia de ello y coger las riendas! Te damos algunas ideas más para lograrlo:
Cinco consejos para evitar el desperdicio de alimentos
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Antes de hacer la lista de la compra, es aconsejable planificar el menú diario. Así se evita improvisar y comprar más alimentos de los que vamos a consumir. Además nuestra lista será más completa si revisamos previamente los alimentos que tenemos en casa. Puedes encontrar propuestas de menús para cada semana del mes en la web de la Fundación Dieta Mediterránea.
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Una vez en casa, debemosconservar los alimentos de forma correcta. Mientras estamos en el supermercado podemos también asegurarnos de no romper la cadena del frío, cogiendo primero los productos no perecederos, seguidos de los frescos y refrigerados, y por último los congelados. En casa hay que guardarlos teniendo en cuenta las temperaturas que aparezcan en el etiquetado. Compartimos contigo este enlace para que conozcas algunos trucos para conservar los alimentos en buen estado.
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Adquiere productos de temporada y siempre consume antes aquellos que hayas comprado primero.
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Adapta las raciones que debes cocinar en cada comida al número de personas que se sentarán a la mesa. Es una buena forma de ajustar al máximo los productos alimenticios y evitar desperdiciar comida.
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¡Nada de tirar las sobras a la basura! Hay muchas recetas que podemos elaborar con ellas. Por ejemplo, elaborar un batido con una fruta demasiado madura, y las sobras del pollo o la carne pueden servirnos para hacer unas croquetas o un relleno para empanadillas. No dudes en preguntar a tus familiares, porque seguro que conocen muchos platos que se pueden elaborar con sobras y siguen estando igual de ricos o más. En Cookpad podrás encontrar multitud de recetas para hacer con sobras.
Consumidores y consumidoras responsables, ¿qué ganáis?
Además de contribuir al cuidado y la conservación del medio ambiente a través de los productos elaborados con prácticas sostenibles, los consumidores y las consumidoras responsables (y su entorno en general) adquieren otros beneficios.
Por ejemplo, apoyando iniciativas de Comercio Justo, se reduce el riesgo de que ciertas poblaciones o comunidades vulnerables puedan ser víctimas de la violación de algunos de sus derechos fundamentales, por ejemplo el trabajo en condiciones dignas o una buena retribución con las labores realizadas. De hecho, si lo analizas más a fondo, estás contribuyendo a eliminar la pobreza y la desigualdad.
A la vez, comprando materiales y productos fabricados de manera sostenible, ayudas a que los recursos por su venta y comercialización se destinen al desarrollo de grupos sociales y comunidades excluidas o que viven en condiciones desfavorables.
Recuerda que ser un consumidor o consumidora responsable es elegir entre las enormes posibilidades de las que disponemos actualmente, dando prioridad a aquellas que priman la solidaridad, la ética, la justicia social y el respeto hacia un medio ambiente, que no es sólo nuestro sino de todos y todas. También de esos niños y niñas que están por nacer. ¿Cuál es el mundo que les queremos dejar?
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