El 15 de marzo de 1963, unos cuantos meses antes de ser asesinado, el presidente de los Estados Unidos, John F. Kennedy, pronunció un discurso ante el Congreso de su país en el que por primera vez se habló de los derechos de las personas consumidoras, una categoría que hasta entonces resultaba inédita.
A partir de ese momento, y en virtud de las reivindicaciones que surgieron en los años siguientes, los consumidores y las consumidoras retomaron las emblemáticas palabras de Kennedy y el 15 de marzo se convirtió en el Día Mundial de los Derechos de las Personas Consumidoras.
En términos prácticos, el Día Mundial de los Derechos de las Personas Consumidoras es una jornada que se celebra desde 1983 y que busca visibilizar los derechos fundamentales de todas las personas consumidoras del mundo y velar para que estos sean respetados. Y tú, ¿ya los conoces?
¿Qué entendemos por cambio de modelo de consumo?
De un tiempo para acá, ante los enormes retos a los que se enfrenta el planeta en temas medioambientales, el Día Mundial de los Derechos de las Personas Consumidoras ha incorporado a su lista de reivindicaciones el cambio de modelo de consumo masivo que impera en nuestras sociedades por otro modelo más acorde con las exigencias de cuidado y conservación.
Es decir, ya no solo se trata de exigir respeto por los derechos que todos y todas tenemos en el momento en que asumimos el rol de consumidores, sino también de impulsar otro tipo de consumo más acorde con la salud y el bienestar del planeta.
Cada año se realizan conferencias, ferias, exposiciones, manifestaciones, lanzamientos, eventos y hasta gestos simbólicos en diversas partes del mundo con el objetivo de crear conciencia sobre esta realidad a la que nos enfrentamos actualmente. ¡Busca los que se realicen más cerca de ti! ¡Seguro que los encuentras!
Día del Consumidor, ¿un paso hacia el consumo responsable?
Sin embargo, no es necesario esperar a que llegue el día de las personas consumidoras para llevar a cabo acciones que visibilicen la importancia de apostar por un modelo de consumo más acorde con las necesidades del medio ambiente.
Al contrario, podemos (¡y debemos!) hacerlas todos los días sin que esto suponga cambios drásticos en nuestras rutinas. Veamos algunos ejemplos de cómo podemos contribuir a un nuevo modelo de consumo desde nuestro rol de personas consumidoras:
- Reflexiona sobre tus verdaderas necesidades de consumo. Quizá mucho de lo que crees indispensable en realidad no lo es. Si haces esto a conciencia, cuando acudas a un local o una tienda notarás que puedes vivir con muchísimas menos cosas de las que creías.
- Infórmate del proceso de fabricación de los productos que consumes, pues con tu elección puedes impulsar procesos industriales respetuosos con los entornos y el medio ambiente en general.
- Recurre a las redes de Comercio Justo, que no solo se caracterizan por el hecho de impulsar prácticas respetuosas con el medio ambiente, sino también por apoyar la labor de pequeños productores y productoras que han quedado al margen de las lógicas del consumo masivo o que no reciben una remuneración justa.
- Piensa en la basura que cada producto genera. No se trata de comprar y tirar, tal como dice el consumo tradicional. Si vas a adquirir algo, ten en cuenta antes el tiempo que ese producto o artículo tardará en descomponerse y en las consecuencias que eso acarrea al planeta. ¡Eres responsable de lo que compras!
- Prioriza el contenido, no el envase. Esto evitará que las empresas sigan fabricando botellas o recipientes en materiales como plástico o cartones, los cuales necesitan cuantiosos recursos naturales y cuyo proceso de descomposición es a largo plazo. Lo importante es el contenido.
Recuerda que cambiar el modelo de consumo masivo actual por otro más responsable está en tus manos y en la de aquellos que te rodean. Gracias a estos pequeños gestos, además de cuidar el medio ambiente estarás promoviendo modelos de producción sostenibles y justos. ¿Qué otras acciones incorporarías a esta lista?