Reducir la emisión de gases contaminantes de las grandes fábricas, evitar los vertidos de productos tóxicos al mar y a los ríos, ser más responsables en casa para disminuir el consumo de recursos… La lucha para proteger el medio ambiente forma parte ya de todos los ámbitos de la sociedad.
Y es que, ¿cómo podemos proteger el planeta si no luchamos contra la emisión de gases contaminantes a gran escala o si seguimos permitiendo la deforestación provocada, en su mayor parte, por la industria maderera? Si queremos fomentar la sostenibilidad ambiental, es crucial que nuestra sociedad aprenda a utilizar los recursos de una forma respetuosa y racional que no ponga en peligro el futuro de las próximas generaciones.
¿Por qué plantear programas de sostenibilidad económica?
Aunque pueda parecer que la economía no guarda relación con el medio ambiente, lo cierto es que el sistema económico actual está destruyendo el mundo mucho más rápido de lo que crees. La economía mundial pone todo el énfasis en la productividad y en los beneficios sin que, en la mayoría de los casos, se promueva un uso racional y sostenible de los recursos del planeta. Solo en nuestro país, los efectos del cambio climático ya se están haciendo notar: desde la desaparición de los glaciares en el Pirineo hasta la subida del nivel del mar, pasando por el aumento de temperaturas medias por encima de la media global o las alteraciones en el régimen de precipitaciones. Todo ello nos viene a decir que el cambio climático no es algo que ocurrirá, sino que está ocurriendo.
Y lo cierto es que explotar los recursos libremente, sin ningún tipo de control, es insostenible: la tierra no puede seguir el ritmo que marca la economía. Si queremos acabar con la degradación de los suelos, de los ríos y de los ecosistemas, debemos luchar por un uso racional de los recursos.
Si no lo hacemos, la lucha por unos recursos que son cada vez más escasos repercutirá en los eslabones más débiles de la sociedad: los países en vías de desarrollo y las personas con menos medios. Es hora de alzar la voz contra esta situación, ¿te sumas a nosotros?
Proteger el entorno: la llave para alcanzar la sostenibilidad económica
Cada vez es mayor la presión que las ONG y los medios ejercen sobre las grandes empresas, buscando un compromiso real de las mismas con el medio ambiente pero, también, con las personas que forman parte de sus plantillas de trabajo. Y tú, como consumidor o consumidora, tienes en tu mano el poder de presionar a las empresas para que sean más respetuosas con el medio ambiente. ¿Te preguntas cómo? Te damos algunas claves:
Documéntate antes de adquirir uno u otro producto y premia a las empresas que estén adoptando una actitud más comprometida con el medio ambiente. La información está ahí, solo tienes que consultarla: Según el ranking Global 500 greenhouse gases performance, elaborado por Thomson Reuters, y BSD Consulting, el 13,8% de las emisiones de C02 son generadas por las 500 empresas más importantes del mundo. Aquí tienes un listado de las veinte empresas más contaminantes.
También existen campañas que buscan sensibilizar sobre el impacto ambiental de las empresas y te dan las claves para que tú, como consumidor tengas la última palabra. Ejemplos hay muchos: una de las más recientes es Fashion Detox, una iniciativa de Greenpeace que evalúa las grandes marcas textiles y busca un compromiso serio para reducir el uso de productos químicos y tóxicos en la fabricación de sus productos.
Otro buen ejemplo es la campaña Behind the brands, impulsada por Oxfam Intermón: esta se centra en el impacto que tienen las prácticas de las grandes marcas alimentarias sobre muchísimos ámbitos: las condiciones de los trabajadores, el impacto sobre el cambio climático, las políticas de trasparencia, el trato a las mujeres…
El objetivo de todas estas iniciativas es que los consumidores y consumidoras podamos conocer mejor qué se oculta tras las diferentes marcas y grandes corporaciones y, de esta manera, tener datos reales y medibles con los que fundamentar nuestras decisiones a la hora de comprar. Entre todos, podemos conseguir que estas empresas se vean obligadas a mantener prácticas económicas sostenibles y, al mismo tiempo, a cuidar el planeta.
Si te preocupa el medio ambiente y quieres que tus hijos puedan disfrutar de un planeta más sano, es indispensable que valorar la actitud de las empresas a tu alrededor se convierta en un hábito más. Y, del mismo modo, es básico que enseñes a los más pequeños de la casa a adoptar actitudes socialmente responsables, porque solo así podremos conseguir una economía que no ponga en peligro el futuro de todos. ¡Si trabajamos juntos, podremos lograrlo!