Índice de contenidos
Un nuevo modelo de ciudadanía comprometido activamente en la consecución de un mundo más equitativo y sostenible. ¿Te suena positivo?
A raíz de las numerosas transformaciones a las que asistimos en la actualidad, y sobre todo al proceso de globalización en el que nos encontramos, resulta esencial hacer una revisión de cómo es la ciudadanía en el siglo XXI y de cómo creemos que debería de ser. Ciudadanos y ciudadanas globales, responsables con la humanidad y el planeta, que respetan, valoran y celebran la diversidad.
¡Lo repasamos a continuación!
Qué es la ciudadanía en el siglo XXI: evolución del término
La ciudadanía del siglo XXI está ligada al compromiso con el entorno en el que nos desenvolvemos, es decir, a un cierto grado de conciencia con lo que pasa a nuestro alrededor y que nos debe impulsar a la búsqueda de soluciones específicas.
O dicho de otro modo, la ciudadanía exige un cierto grado de activismo para la defensa de principios y valores que deben ser comunes a todo el mundo. Ya no sólo hablamos de una reivindicación como fin último; ahora también importa la transformación que como ciudadanos y ciudadanas podamos llevar a cabo en nuestros entornos.
La evolución del término de ciudadanía se aprecia también en los medios que usamos para comunicarnos hoy en día. Las nuevas tecnologías como internet y las redes sociales son herramientas idóneas para la difusión de las iniciativas de una ciudadanía global basada en principios como la solidaridad, el altruismo, el compromiso y la sensibilidad social, entre otros.
Ser un ciudadano global hoy en día es entender que la condición humana está por encima de las fronteras o las barreras territoriales. No importa de dónde seamos o en dónde estemos; la aldea global no deber ser solo global; debe ser, sobre todo, humana.
Claves para una ciudadanía activa y comprometida
Ya hemos definido qué es la ciudadanía en el siglo XXI. Ahora bien, no debes olvidar que una de las claves de este concepto está en nuestra capacidad para poner en marcha las iniciativas que busquen un mundo más justo y solidario. O sea, necesitamos que sea una ciudadanía permanentemente activa.
Algunos de los ejemplos más visibles de este tipo de ciudadanía los apreciamos en los países de Europa y Norteamérica, donde las redes solidarias llevan décadas afianzadas y trabajan para prestar ayuda en aquellos lugares con necesidades reales y urgentes.
En este sentido, Oxfam Intermón apoya el asentar los fundamentos de una ciudadanía global desde la escuela. Abogan por un nuevo modelo educativo, humanista, basado en el diálogo y la convivencia, que construya la escuela-comunidad, preocupada por la justicia, abierta al entorno y al mundo.
Activismo y compromiso: ejemplos de una ciudadanía global
¿Cómo están conformadas tales redes? ¿Cuáles son los medios que utilizan para llevar sus mensajes? Repasemos algunos ejemplos de iniciativas de este tipo. ¡Seguro que te reconocerás en más de una de ellas!
-
Plataformas digitales
Son espacios virtuales cuyo objetivo no solo es difundir información relativa a los proyectos de ciudadanía global; también buscan ejercer presión a través de medios propios de la era de las nuevas tecnologías. Es lo que ocurre por ejemplo con la plataforma Change.org donde centenares de ciudadanos y ciudadanas están ayudando a difundir y a sensibilizar sobre múltiples causas.
-
Manifestaciones
La manifestación no ha perdido vigencia; la tuvo en el pasado y la sigue teniendo ahora pese a que muchas de las luchas se han trasladado a otros escenarios, entre ellos el virtual. Es una forma de visibilizar las luchas sociales y de enviar un mensaje de unidad a los propios colectivos y a la sociedad en general.
Otra forma de visibilizar luchas en el siglo XXI es a través de los grupos de presión social, los cuales actúan en diferentes frentes y medios y buscan la modificación de las leyes y estructuras que se consideran injustas para la mayoría de las personas. La lucha contra los paraísos fiscales y la desigualdad o la paralización de desahucios con algunos de los ejemplos más cercanos. ¿Conoces otros?
Como ves, la ciudadanía del siglo XXI no puede entenderse solo como una forma más de reivindicación, ¡necesita también la actuación y el compromiso permanente de las personas y el apoyo de los instrumentos y recursos tecnológicos de nuestro tiempo!