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¿Adornos de Navidad en verano? No, no se nos ha ido la cabeza. Es nuestro consejo para que lleves una vida más sostenible, cuides el planeta y hagas una valiosa aportación a la economía circular. Antes de tirar a la basura cualquier objeto de la vida cotidiana, hay que pensar en darle un nuevo uso. En reutilizarlo, dicho de otro modo.
Con ello, no solo estarás respetando el medio ambiente, sino que también podrás salir de la rutina, conseguir un cambio de ambiente en casa o en el jardín, u organizar una actividad instructiva y responsable para tus hijos e hijas. ¿Qué te parece?
El árbol
El abeto se han convertido en el símbolo de la Navidad en muchos hogares. Evidentemente, lo mejor que se puede hacer una vez que pasen las fiestas es… nada, dejarlo plantado. ¿Por qué desprendernos de un ser vivo? Retirando los adornos (que luego te contamos cómo los podemos reutilizar) nos queda un bello árbol que puede decorar una estancia o un jardín todo el año. Y, si lo cuidamos, ¡lo volveremos a decorar pasado un año, cuando vuelvan las navidades!
Si por motivos de espacio o de otro tipo, no podemos conservar el árbol, lo que podemos hacer es conservar alguna rama como motivo de decoración. Es aconsejable escoger la más sana, la más verde, de modo que sobreviva más tiempo. Por otra parte, si el tronco tiene un grosor adecuado, se puede cortar en láminas de unos pocos centímetros para fabricar posavasos. Disfruta de tu té helado o tu limonada bien fría mientras proteges de manchas la mesa con un posavasos natural.
Las luces
¿Por qué no usar las luces de Navidad en otras épocas del año? Nuestro comportamiento se basa, casi siempre, en la costumbre. Sin embargo, es un hábito muy saludable cambiar nuestros hábitos, siempre que sea para mejor. Si tenemos jardín, por ejemplo, podemos usar esas luces navideñas para crear una iluminación suave para las noches de verano.
Aunque también en el interior se pueden reutilizar este tipo de luces, siempre teniendo en cuenta su característica principal, es decir, una iluminación suave y relajante. Así, pueden ser ideales para la terraza o para el cuarto de aseo, dándole un toque especial y acogedor. ¡Pero también en fiestas de cumpleaños de tus peques y de quienes no lo somos tanto!
Papel de regalo
Es habitual ver llenos a rebosar los contenedores de reciclaje de papel y cartón el día después de Reyes, una imagen muy gráfica de la cantidad de envoltorio que usamos para nuestros regalos. Sabes de qué hablamos, ¿no?
Como siempre, lo ideal es guardar todo ese papel de regalo para reutliizarlo para la misma función, es decir, envolver regalos, ya sea de cumpleaños, de aniversario o los mejores que existen, los que se hacen porque sí, sin ninguna razón especial.
También se puede guardar el papel de regalo para realizar manualidades. ¿Necesitas ideas? ¡Para eso estamos! Puedes diseñar postales (de Navidad o de otro tipo), utilizarlo como decoración de fiestas, para forrar recipientes, cajas, libros, carpetas o como fondo de cajones. ¿Se te ocurren otras?
Velas
De nuevo, los lugares más propicios para volver a dar un uso a la decoración que compramos para Navidad son el jardín, el comedor y el baño. Cumplen una función similar a la de las luces navideñas, un ambiente cálido gracias a su luz suave y natural y, en este caso, además, puede estar acompañado de un olor fresco si usamos velas perfumadas. Una agradable noche veraniega en el jardín, una ducha reparadora al llegar a casa o una cena especial son momentos perfectos para encender las velas.
Como has visto, reutilizar los objetos navideños es fácil y potencia la imaginación, aumenta la diversión y llena de bienestar tu vida cotidiana. Y, por supuesto, pasados unos meses, volveremos a usarlos… ¡como adornos navideños! Un claro ejemplo de economía circular.