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En un mundo en el que con un gesto tan sencillo como hacer “clic” tenemos acceso a comprar entradas de cine, a contratar un seguro de coche o a pagar un billete de avión, la importancia que adquiere nuestra actitud ante el consumo es grandiosa. Nos bombardean ofertas continuas como el 2x1, la 2ª unidad a mitad de precio, el día sin IVA... son campañas muy efectivas que muchas veces consiguen su propósito: que compremos. Pero... ¿Consumimos lo que realmente necesitamos o lo hacemos influenciados por la publicidad? ¿Es posible, hoy, ser un consumidor responsable?
¡Sí, es posible! Sólo hace falta cambiar el chip y elegir no sólo en base a la calidad y el precio, sino teniendo también presente el impacto ambiental y social que producen nuestras compras y la conducta ética de las personas y organizaciones que se encargan de ofrecer los bienes o servicios.
¡Seamos conscientes de la huella que dejamos con nuestras acciones cotidianas!
Cambiemos nuestros hábitos de consumo por unos más responsables
Las Naciones Unidas advierte de que una de las causas del deterioro del medio ambiente es el consumismo actual, que conlleva una producción desmesurada. Por ello pide que se instale un modelo de consumo responsable. Pero... ¿Cómo conseguirlo?
El primer paso es darse cuenta de que cada compra que hacemos tiene un impacto social y ambiental. Y nosotros, como consumidores, podemos elegir aquellos productos, bienes y servicios que tengan en cuenta la justicia, la ética, la solidaridad y el respeto al medioambiente durante su producción o elaboración.
Recursos para ser un consumidor responsable
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Busca reutilizar, reciclar o incluso realizar intercambios o trueques
De esta manera minimizamos la explotación de los recursos naturales. Podemos ponerlo en práctica de muchas maneras distintas: comprando ropa de segunda mano, creando junto a nuestros pequeños juguetes con objetos que hemos reutilizado en vez de comprarlos nuevos o reciclando toda la basura que generamos en nuestro hogar. Los muebles con los que llenamos nuestros hogares también pueden ser un reflejo de nuestro consumo responsable, ya que hay organizaciones que se encargan de recuperarlos y restaurarlos, y al mismo tiempo están ofreciendo puestos de trabajo. Es el caso de la Asociación Remar. ¿Piensas en renovar tu mobiliario? ¡Ten esta opción en cuenta!
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No compres de manera compulsiva
Intenta comprar sólo aquello que realmente necesites. El primer paso para reducir el impacto de nuestro consumo ¡es intentar reducirlo!
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Consume productos locales y ecológicos
Estarás garantizando el respeto al medio ambiente al evitar el daño producido por el transporte de larga distancia y el uso de fertilizantes o pesticidas. ¿Te cuesta encontrar productos ecológicos? Recuerda que tienes la opción de que te envíen semanal o quincenalmente directa a la puerta de tu casa una selección de fruta y verdura ecológica y de temporada con servicios como Disfruta y verdura, I love food o Caja Nature.
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Apoya al Comercio Justo
Si compras productos de Comercio Justo estarás apoyando a cambiar las injustas reglas del comercio internacional tradicional, que consolida la pobreza y la desigualdad mundial. El objetivo de este sistema comercial solidario y alternativo es mejorar el acceso al mercado de las personas que producen los alimentos. Por tanto, apoyando el Comercio Justo estarás ayudando - ¡y mucho! - a pequeños productores y productoras de numerosas partes del mundo. En la tienda online de Oxfam Intermón podrás encontrar una amplísima selección de productos de Comercio Justo (alimentación, moda, papelería...)
El valor del consumo responsable es extraordinario. ¡Descubre su potencial y anímate a ponerlo en práctica desde hoy mismo!