En este blog hemos recomendando varias recetas vegetarianas. En algunas de ellas, como la del sorbete de chocolate había que usar azúcar. Y es que este producto está muy presente en nuestras vidas. Tanto es así, que en España podemos llegar a consumir de media unos 28 kg al año por persona. Pero, ¿sabemos de donde procede todo este azúcar? Te contamos algunos secretos sobre el azúcar y su procedencia, que te harán mirarlo (y saborearlo) de otra forma.
Hay muchos tipos de azúcar: de caña, de remolacha, integral, refinado, moreno, blanco, rubio, panela, mascobado... Cada uno con un origen, propiedades y características. Es difícil orientarse entre tanta denominación. Por ejemplo, ¿cuál dirías que es el azúcar que se produce en Europa? ¿Y el que más se consume? En ambos casos la respuesta es el de remolacha cuya producción, por cierto, es altamente contaminante y está subvencionada por la Unión Europea.
Sin embargo, a nivel mundial el azúcar de caña es el más producido. Y países como Paraguay están marcando la diferencia apostando por la producción a gran escala de azúcar ecológico.
Está por todas partes: el azúcar que consumimos y que no vemos
Gran cantidad del azúcar que consumimos es invisible. Con la moda por lo light, hemos reducido a la mitad la cantidad de azúcar que compramos de forma directa. Ya no compramos tanto azúcar de mesa, el paquetito de azúcar que siempre estaba presente en casa. Sin embargo, en realidad hemos aumentado nuestro consumo porque más del 75% del azúcar que ingerimos se encuentra en alimentos elaborados. Antes se cocinaba más en casa y se compraban menos cosas hechas.
Otros productos en los que está presente el azúcar son algunos agro-combustibles. Aunque está muy de moda en los últimos años, debido a criterios medioambientales y para disminuir la dependencia del petróleo, producirlos también tiene sus desventajas, como veremos a continuación.
El verdadero precio del azúcar
La producción y comercio de azúcar con las reglas con las que juega el mercado internacional hoy en día tiene un alto coste, especialmente para los pequeños productores y productoras. Este es el verdadero precio del azúcar, que tiene graves repercusiones en la vida de los productores y productoras y en el medioambiente.
Por ejemplo, con el auge de los agro-combustibles son necesarias cada vez mayores cosechas de caña, lo que favorece que grandes empresas compren grandes extensiones de tierras para exportar la caña con este fin. Tierras que antes estaban destinadas a cultivos que alimentaban a la población local, como maíz o frijol, que ya no puede acceder a ellas. Es lo que se conoce como acaparamiento de tierra.
Además, el azúcar experimenta fuertes subidas y bajadas de precio debido a la especulación financiera que hacen unos pocos grandes empresarios. Estos empresarios condicionan con sus inversiones los precios de compra que reciben los agricultores y agricultoras por su producción. Lo que hacen es actuar en periodos de tiempo muy cortos y comprar y vender en bolsa cosechas futuras de azúcar como si de otro activo más se tratase.
A un agricultor que tiene que tener en cuenta el plazo natural que tarda una cosecha en desarrollarse, estas oscilaciones le hunden en la incertidumbre. ¿Cómo conocer el precio al que venderá su cosecha? ¿Cómo asegurar el futuro de la plantación? Pero a un empresario acostumbrado a vender las cosechas futuras de azúcar como un activo más, estas preocupaciones o la calidad de vida de los productores ni le afectan ni le preocupan lo más mínimo.
Por otro lado, podríamos pensar que si el precio del azúcar sube es algo bueno para el productor o productora, pero todo es relativo. Para empezar toda su vida tiene un riesgo fuerte de caída debido a la inestabilidad que las caracteriza. Y además el mayor porcentaje de beneficio cuando hay subidas de precios queda en manos de las grandes empresas transnacionales que comercializan el producto. Los riesgos recaen en los productores que se encargan de su cultivo y elaboración, no en las empresas intermediarias que venden azúcar como podrían vender cualquier otro producto.
El azúcar que da trabajo digno, el que de verdad endulza
Visto lo visto, ¿cuál es el azúcar bueno? El azúcar que tiene el poder de dar trabajo digno, es decir, el azúcar de Comercio Justo que asegura salarios dignos e iguales tanto para hombres como mujeres, la ausencia de explotación laboral, especialmente la infantil, y la no utilización de transgénicos y productos químicos agresivos en los cultivos (algo muy común en el azúcar de remolacha), entre otros muchos factores.
Al inicio mencionábamos el caso de Paraguay, el principal exportador de azúcar orgánico (azúcar que no utiliza ningún químico en su producción) y de comercio justo del mundo, que está demostrando que es posible otro modelo de mercado. En este país existen cooperativas como la de Manduvirá, que produce el azúcar de comercio justo que venden las tiendas de Oxfam Intermón. En esta cooperativa, los productores y productoras han pasado de ser casi esclavos de las grandes empresas monopolistas a controlar toda la cadena de producción, incluida la fabricación. Un sueño que para muchos parecía imposible hace unos años y que está animando a unirse cada vez a más productores.
Aún quedan muchos retos por superar, como el acaparamiento de tierra, pero el futuro se augura dulce, dulce. ¡Piensa en ello cada vez que eches una cucharadita de azúcar en tus postres!
Puedes conocer más sobre el comercio de azúcar en el informe ‘Para endulzarte la vida no hay que amargar a nadie’ de la Coordinadora Estatal de Comercio Justo.
Si te interesa el caso de Paraguay, te invitamos a conocer la historia de Alba Zaracho, productora de Manduvirá a la que le ha cambiado la vida.