En diciembre de 1948, en París, los 58 Estados que formaban parte de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en ese momento aprobaron la Declaración de los Derechos Humanos, un documento que recogía los derechos inherentes a todas las personas sin distinción de raza, sexo, nacionalidad, origen o ideología. ¡Un gran paso hacia delante!
Fueron en total 30 los artículos en los que se desglosaban los principios que habían sido recogidos en declaraciones anteriores, como la de los Derechos de Hombre, en el siglo XVIII, o la Convención sobre la Esclavitud, en 1926. ¿Conocías sus precedentes?
La Declaración, que nació principalmente para frenar los despropósitos en materia humanitaria que surgieron durante las dos guerras mundiales del siglo XX, fue reafirmada en el año 1976 con la firma del Pacto de los Derechos Civiles y Políticos y el Pacto de los Derechos Económicos, Sociales y Culturales. Si quieres profundizar sobre el significado actual de los Derechos Humanos, ¡este post te interesa!
Tipos de derechos en la lista de los Derechos Humanos
Para empezar, debemos tener claro que la lista de los Derechos Humanos no es unitaria en el sentido estricto del término. Por el contrario, en ella conviven derechos que tienen orígenes diversos y cuyo campo de aplicación no es el mismo. ¡Te lo contamos!
A lo largo de las décadas se han propuesto varias formas de clasificar estos 30 artículos que conforman la Carta. No obstante, la más habitual sigue siendo la que reconoce 6 tipos de derechos humanos, que pueden resumirse así:
1) Derechos inherentes: aquellos que comparten todas las personas por el solo hecho de pertenecer al género humano.
2) Derechos relativos a la seguridad: se refieren a la protección jurídica de cada individuo, a las garantías judiciales y a los debidos procesos.
3) Derechos políticos: tiene que ver con la libertad de pensamiento de cada persona y de asociación; también con todas aquellas acciones para participar en el fundamento de la autoridad del sitio donde se desenvuelven.
4) Derechos económicos y sociales: referidos a la propiedad individual y colectiva, el trabajo, la remuneración justa, el bienestar, la protección y todo lo que suponga la participación cultural en una comunidad.
5) Derechos jurídicos: aquellos que remiten a la educación, la nacionalidad, la libre circulación y el derecho a elegir el sitio de residencia.
6) Otros derechos: son los que apuntan a un orden internacional para que el resto de derechos puedan hacerse efectivos.
Velar por la lista de los Derechos Humanos, ¿cómo hacerlo?
La Carta por sí misma no garantiza el cumplimiento de los Derechos Humanos. Son las acciones que se pongan en marcha por parte de los Estados miembros de la ONU y las organizaciones internacionales las que determinarán si se cumplen o no los Derechos Humanos en las diferentes partes del mundo. ¡Y desde aquí debemos actuar!
De hecho, en un plano más cercano, somos nosotros mismos los que podemos ayudar a que estos derechos se hagan efectivos, no importa cuál sea nuestra área de influencia o desempeño. Basta con tenerlos claros y velar por ellos.
Esta práctica, sobre todo cuando es voluntaria y altruista, puede inscribirse en lo que actualmente se denomina ciudadanía global, un movimiento a escala mundial que busca generar conciencia sobre los principales problemas de nuestra sociedad y aumentar el compromiso de las personas para proponer soluciones en su medio.
¿Qué hacemos en Oxfam Intermón para velar por los Derechos Humanos?
Desde Oxfam Intermón desarrollamos iniciativas propias y apoyamos a otras que tengan como eje temático la defensa de los Derechos Humanos. Es uno de los temas que nos mueven como organización en los lugares donde tenemos presencia. ¡Así que te invitamos a conocerlas!
Por ejemplo, hemos levantado la voz para protestar por el reciente acuerdo entre la Unión Europea y Turquía para devolver a este país a los refugiados que deberían ser acogidos en Europa. También apostamos por el desarrollo social combatiendo la pobreza en países como Mauritania, concretamente en las regiones de Brakna y Gorgol, donde más del 60% de la población vive en la pobreza extrema. Por eso, apoyamos la educación y el desarrollo de la agricultura, principal fuente de subsistencia para la población. Con técnicas de producción agrícolas mejoradas, las familias mauritanas pueden alimentar mejor a sus familias, obtener ganancias, y sentirse más seguros para hacer valer sus derechos.
Sin embargo, sin acciones, todo lo anterior quedaría solo en protesta. Y aquí es donde tu implicación y colaboración son cruciales para llegar más lejos. ¿Emprendemos juntos el camino?