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Tradicionalmente asociamos el “reciclaje” a la clasificación de basuras, residuos y materiales que han cumplido un primer ciclo de vida. Sin embargo, este término es mucho más amplio de lo que pensamos. ¡Y aquí estamos para contártelo!
Porque en este post queremos presentarte los múltiples beneficios que tiene la reutilización de los objetos para que puedas sacarles todo su partido y que el planeta, además, salga ganando. Pongámonos en marcha.
Reciclar no sólo consiste en clasificar los residuos que generamos a diario. Tiene que ver, también, con reutilizar cosas a las que hemos dado un primer uso, tanto si se trata de adaptarlas para prolongar su ciclo de vida (la ropa, por ejemplo) como para que adopten nuevas formas y sirvan de materia prima de nuevos objetos. En esto consiste el valor de las segundas oportunidades. ¡Quédate con la idea!
Paralelamente, la publicidad y el comercio tradicional nos impulsan a diario al consumo masivo. Su lógica es la de reemplazar inmediatamente las cosas por otras nuevas, no importa si aún sirven, si se conservan o si se les puede dar un segundo uso.
El consumo responsable está orientado a todo lo contrario. Su objetivo es generar conciencia sobre la necesidad de un consumo moderado, que cubra necesidades reales y no otras creadas por la propia publicidad, y que apoye prácticas sostenibles como el reciclaje para el cuidado y la conservación del medio ambiente. Pero hay más: ¡sigue leyendo!
Reutilizar cosas cotidianas, ¿qué ganamos con ello?
Podría pensarse que reutilizar una botella de plástico, una lata o un tapón de corcho no es una acción de mucha trascendencia. Sí que lo es. De hecho, ni te imaginas todo lo que podría conseguirse a nivel global si reutilizar cosas fuese una práctica extendida. Descubre a continuación los beneficios de hacerlo:
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Supone un significativo ahorro en materias primas
Al reutilizar cosas, evitamos que las empresas fabriquen otras nuevas y pongan en marcha procesos extractivos que, en la mayoría de los casos, causan daños medioambientales. Por ejemplo, al reciclar el acero de los enlatados, reducimos en un 85% los niveles de contaminación que genera su producción.
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Reducimos el nivel de residuos
Las ciudades contemporáneas tienen el enorme reto de eliminar cientos de toneladas diarias de basuras. Si reutilizamos cosas, el nivel de los residuos disminuirá y los ayuntamientos invertirán menos recursos en su tratamiento y eliminación. Lo ahorrado puede invertirse en otras áreas, por ejemplo, la educación y la sanidad.
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Cuando hacemos circular los objetos entre personas de nuestros círculos sociales, no solo estamos prolongando su ciclo de vida sino que, además, promovemos valores sociales como la solidaridad, la equidad, el altruismo y el compromiso con la sostenibilidad del planeta.
Tips sencillos para reutilizar cosas
Queremos darte algunos consejos para reutilizar cosas que ya no te sirven:
- Envases: seguro que encuentras alguna idea para reutilizar latas o envases de cristal. Puedes decorarlos y usarlos como jarrón o para organizar tu cocina. Toma nota de los que puedes o no usar para guardar otros alimentos.
- Cajas de cartón: pueden ser un buen juego para los peques si usáis vuestra imaginación y les dais una segunda vida útil.
- Latas: ¿y si las usas como macetas para hacer tu propio huerto urbano?
- Ropa: da una segunda vida a tus pantalones convirtiéndolos en shorts para el verano o conviertendo a tus viejas camisetas en fundas para cojines. ¿Lo habías pensado?
Segundas oportunidades: tiendas, objetos y materiales
Lo que hace unas décadas empezó como un gesto de solidaridad, ahora ya es todo un modelo alternativo de consumo. Reutilizar cosas es una opción que cada día gana más adeptos y genera nuevas redes de comercio.
La mejor prueba de ello son las tiendas de segundas oportunidades que han aparecido durante los últimos años. En el caso de Oxfam Intermón, su red de tiendas de ropa de segunda mano ya llega a ciudades como Barcelona, Valencia, Madrid y Elche. ¿Cuál te queda más cerca?
Estos comercios, que en principio se centraron en el negocio de la ropa y luego se extendieron a otros sectores, ofrecen básicamente dos opciones: la donación de objetos o artículos que merezcan una segunda oportunidad y la compra de estos, a precios asequibles, por parte de personas que los necesiten.
Una vez más, recuerda: cualquier objeto puede ser reutilizado, desde el tapón de una botella de plástico, las latas, la ropa, los cepillos de dientes, las revistas y los periódicos, hasta el agua que consumimos a diario y los restos del café que te tomas cada mañana. Es cuestión de creatividad y voluntad de cambio. ¿Las ponemos en marcha?