¿Quién de los presentes no ha oído hablar alguna vez del activismo feminista? Sin embargo, cuando se trata de definirlo o profundizar en él, a menudo se revelan diferencias tanto de forma como de fondo. Así que... ¿en qué consiste, en realidad, este tipo de activismo?

El activismo feminista es un tipo de activismo que trabaja para sensibilizar, proteger e impulsar los derechos del colectivo femenino dentro de cualquier ámbito de la sociedad, pues se fundamenta en que hombres y mujeres deberían de tener los mismos derechos.

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En este post nos ponemos el reto de contártelo, a través de definiciones y ejemplos reales, para que dispongas de todas las herramientas para aplicarlo en tu día a día. ¿Te apuntas?

activismo feminista

Activismo feminista: ¿cuál es su origen y en qué consiste?

Lo idóneo sería comenzar por la causa que ha generado la aparición de un movimiento de estas características, ¿no te parece? Así que empezaremos por el principio. Durante casi toda la historia, la mujer ha ocupado un papel secundario en términos sociales y políticos, y ha sufrido la violencia y la falta de respeto de sus derechos fundamentales. Este es, sin duda, el germen de tal movimiento.

No obstante, hoy en día sabemos que el activismo feminista no se reduce solo a la reivindicación y la defensa de los derechos. Es, ante todo, un estilo de vida que exige empoderamiento y compromiso de quienes lo practican y lo difunden en sociedad, más allá de si son las propias mujeres o los hombres. ¡Esta es su raíz!





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Activismo feminista: ¿cuáles son sus principios esenciales?

El feminismo no puede ser una actitud contemplativa. Como su propio nombre indica, el activismo feminista supone acción permanente, movilización, dinamismo y un compromiso incondicional con la defensa de sus principios.

¿Qué principios son esos? A la reivindicación y la defensa de derechos se le suman un conjunto de elementos que podemos resumir así:

  • Actitud crítica ante el poder tradicional

El poder ha estado en manos de los hombres desde la antigüedad. Por ello, el activismo feminista procura ganar espacios en este ámbito y dar más visibilidad a las mujeres.

  • Nuevas vías de desarrollo personal

Rotas muchas barreras, las mujeres tienen ante sí nuevas posibilidades de desarrollo personal e individual. Dicho desarrollo ya no depende en exclusiva del hombre.

  • Generar conciencia sobre el rol de la mujer en el siglo XXI

Internet y las nuevas tecnologías han contribuido a la democratización y a la defensa de los derechos fundamentales, incluidos los de las mujeres. La mujer debe saber cuál es el papel que jugará en los siglos venideros y cómo generar conciencia de ello.

  • Replanteamiento de valores sociales

El activismo feminista también se plantea como meta una nueva jerarquización de los valores sociales, que casi siempre han sido diseñados por hombres. Las mujeres deben participar en este replanteamiento y asumirlo como tal.

Algunos ejemplos de activismo feminista en Oxfam Intermón

Una de las principales causas que se apoyan desde Oxfam Intermón es la defensa de los derechos de las mujeres y todo lo que tenga que ver con su autosuficiencia y desarrollo personal, que son otros dos principios del activismo feminista.

De hecho, este tipo de proyectos, agrupados bajo la denominación de Avanzadoras, ocupa un lugar significativo en las líneas de acción de la organización. ¿Quieres conocer algunos ejemplos? Echa un vistazo a los tres que hemos seleccionado:

Se vinculó a Oxfam Intermón en el año 2013, cuando fue despedida de los campos de fresa del norte de Marruecos. Desde entonces es participante activa de conferencias, charlas y eventos sobre la igualdad laboral de la mujer.

Desde pequeña ha trabajado para erradicar las enormes desigualdades entre hombres y mujeres en la India, su país natal. Ahora lidera una cooperativa de artesanías de Comercio Justo, cuyos beneficios son reinvertidos en programas de capacitación y formación para mujeres emprendedoras.

Víctima de la guerra en Burundi, huyó a Tanzania durante algunos años. A su regreso se dio cuenta de que no quedaba nada y, en vez de desanimarse, se puso manos a la obra. Con el paso de los años, se ha convertido en un referente de su comunidad a la hora de supervisar la correcta alimentación de los niños y niñas y las buenas prácticas para la adecuada explotación de la tierra.

Tras volver del campo de refugiados, Niyotara Fainés pudo hacer frente a la erosión y a la escasez de tierras en Burundi gracias a la formación en técnicas agrícolas que recibió. (c) Pablo Tosco / Oxfam Intermón

¿Qué te inspiran estos casos de superación femenina? ¿Crees que ilustran la teoría del activismo feminista de que te hablábamos al inicio del post? Seguro que conoces otros ejemplos, probablemente cercanos a ti, que también den luz a este fenómeno.

Activismo en casa: recursos para educar en igualdad de género a nuestros pequeños y pequeñas

El activismo feminista busca empoderar y dar mayor visibilidad a la mujer para que este colectivo pueda disfrutar plenamente de su sociedad y goce del mismo respeto e igualdad que los varones. ¿Cómo movilizarse con este tipo de activismo?

Si tú también crees en otro modelo social, una manera realmente sencilla de unirse a esta forma de activismo y contribuir a construir una sociedad más ética es trabajando junto a los niños y niñas el valor de que ambos sexos tienen los mismos derechos para que crezcan en un entorno inclusivo. ¿Cómo ponerlo en marcha?

  • A través de cuentos

    ¿Hay actividades de niños y actividades de niñas? Juan es un niño que prefiere leer un cuento de princesas antes que jugar a la pelota, que no puede llevar una camiseta rosa porque dicen que es un color de niña y que no puede llorar porque es un chico. ¿Qué hará Juan? La autora Gemma Lienas te lo relata en La mitad de Juan, una historia que cuenta con las ilustraciones de África Fanlos.

    ¿Tienes que ser de una forma determinada por ser niño o niña? Al color rosa y al azul les habían impuesto cómo debían sentirse o con qué juguetes debían divertirse. ¿Qué crees que decidieron hacer estos dos colores? Descúbrelo en el cuento Los Colores, de la autora Nunila López. Las ilustraciones son obra de  Miryam Cameros y forma parte de la colección “Cuentos para antes de despertar”.

  • Con historias narradas

    ¿El género determina si podemos sentir o emocionarnos? Mamá, ¿de qué color son los besos?escrito por Elisenda Queralt e ilustrado por Carla Pott, te muestra a través de Pablo y el amor de su madre que dar besos y mostrar nuestros sentimientos no es nada malo ni está reñido con el sexo de las personas.

    ¿Hay profesiones adecuadas para niñas y otras para niños? Elena es una pequeña que desea ser sopladora de vidrio al igual que su padre. Pero a él no le parece un oficio apropiado para su hija porque ella es una niña. ¿Qué puede hacer para cumplir su sueño? La autora Cambell Geeslin te relata la decisión de la niña en el cuento Elenita, ilustrado por Ana Juan.

¿Eres un hombre? No olvides que también puedes formar parte de este tipo de activismo. Aquí no importa el género, sino el compromiso en la equidad y la igualdad de oportunidades así como la ruptura con los roles y estereotipos tradicionales.

La clave para recorrer el camino que nos falta está en ponernos en marcha, desde nuestra pequeña parcela, y transmitir sus valores a nuestro alrededor. Recuerda que una vez empezamos, ¡somos imparables!





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