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En tu casa, las cuentas están claras: sabes de dónde proceden los ingresos, en qué gastas habitualmente, qué te puedes permitir y en qué podrías ahorrar. Y también sabes que, en lo verdaderamente importante (educación, salud...), te gustaría obtener unos frutos concretos que te confirmen haber elegido bien en quién depositar tu confianza. Si eso es así en todo lo que depende directamente de nosotros, ¿por qué debería ser de otra manera con las organizaciones, las ONG y los proyectos solidarios por los que apostamos?
Si bien es cierto que desgraciadamente a veces, a la hora de ser solidarios o solidarias y colaborar con una organización sin ánimo de lucro, la falta de confianza en la gestión de sus cuentas puede afectar a la decisión final que se tome, como veremos, preguntas del tipo "¿Y cómo sé yo que la ayuda llega a su destino?" se pueden averiguar fácilmente.
Proyectos solidarios transparentes: desmontando algunos mitos
Para contar con la suficiente legitimidad ante el conjunto de la sociedad es necesario ofrecer pruebas evidentes de eficacia, eficiencia y buena gestión (pruebas avaladas por organismos externos e instituciones reconocidas por todos como ejemplos de buenas prácticas, de total y absoluta confianza).
Así lo entienden la inmensa mayoría de ONG y organizaciones solidarias, que trabajan incansablemente para ofrecer a sus donantes la máxima transparencia y ejemplos irreprochables de buenas prácticas en la gestión y la publicación de sus cuentas.
Para ello, estas organizaciones se dotan de mecanismos de control y seguimiento, tanto internos como externos e independientes que garantizan estas buenas prácticas, refutando así algunos de los mitos a los que nos referíamos, y que es necesario y justo desmontar, como veremos a continuación. ¡Que estas leyendas no os impidan ser solidarios o solidarias!
Mito 1: el dinero de los proyectos solidarios no llega a su destino
La mayoría de las ONG poseen una política de transparencia en la cual se expresa claramente su compromiso en este punto. Además, se establecen los mecanismos de control y se describen las herramientas que se utilizan para que cualquiera que lo desee pueda comprobar no solo que los fondos de los proyectos solidarios llegan a sus destinatarios y destinatarias, sino también conocer con detalle a qué proyectos altruistas se destinan, qué cantidades recibe cada proyecto filantrópico y cómo se gestionan los fondos con los que se cuenta.
Como mecanismo de autorregulación está por ejemplo el sello de Transparencia y Buen Gobierno de la Coordinadora de ONG para el Desarrollo, que acredita que la organización que lo ha obtenido tiene un compromiso firme tanto con la transparencia como con la mejora continua.
Se valora objetivamente si la organización, además de mostrar abiertamente sus cuentas, muestra cómo funciona, cómo se lleva a cabo su trabajo, cuáles son los procesos internos, sus decisiones y los resultados obtenidos.
Además, la organización debe asegurar que esa información se difunde abiertamente y con claridad para que cualquier persona que tenga interés en ella, pueda conocerla fácilmente.
A modo de ejemplo, tenemos un buen número de documentos de acceso público que demuestran de qué modo y a qué fines organizaciones como Manos Unidas, Cáritas Española u Oxfam Intermón destinan sus fondos para proyectos solidarios.
Mito 2: los fondos para proyectos solidarios en algunos países caen en manos corruptas
Esta leyenda urbana, que es una variante del tópico anterior, arraiga en un concepto equivocado de lo que son los proyectos solidarios que se financian. En algunos casos, los proyectos altruistas que reciben aportaciones económicas los llevan a cabo las mismas ONG, por lo que el dinero (o cualquier otro tipo de ayuda) no cambia de manos hasta llegar a su destino.
Sin embargo, en otros casos las ONG colaboran estrechamente con organizaciones locales, empoderándolas a ellas mismas para que puedan defender los derechos de su comunidad, lo que provoca un impacto muy positivo no sólo a corto sino también a largo plazo.
Siempre seleccionando cuidadosamente organizaciones cuyo único objetivo sea promover mejoras, ofreciéndoles todo el apoyo necesario y asegurándose de que los proyectos solidarios se llevan a cabo de la manera más eficaz y sostenible posible.
Este trabajo viene amparado por numerosos mecanismos legales de control y justificación de fondos, que supervisan el seguimiento de la gestión de cada proyecto.
Mito 3: en las ONG se debería trabajar sin cobrar
La mayoría de las ONG tienen un alto porcentaje de colaboradores voluntarios, personas comprometidas y preocupadas por aportar su granito de arena a mejorar el mundo. Sin embargo, su trabajo normalmente se limita a unas pocas horas diarias o semanales, y tanto sus responsabilidades como su vínculo con el desarrollo del proyecto solidario se circunscriben al ámbito personal (¡lógicamente!).
Se necesitan, pues, profesionales especializados que gestionen las distintas áreas técnicas implicadas, que tomen decisiones asumiendo responsabilidades, que coordinen la fuerza del voluntariado para poder aprovechar al máximo su trabajo... en definitiva, personal a jornada parcial o completa que, como todo el mundo, necesita un sueldo para vivir. Un sueldo que, siendo lo suficientemente digno (¡qué contrasentido si no fuera así!), de ningún modo y en ningún caso es excesivo, arbitrario, superior a la media o distinto de lo que marcan los convenios profesionales respectivos.
Mito 4: ser solidarios o solidarias no sirve para nada
La desconfianza de no creer que las aportaciones económicas llegan realmente a los colectivos desfavorecidos o que son empleadas para poner en marcha los proyectos, a menudo no nos deja ver los grandes logros que las ONG están consiguiendo.
Muchas entidades permiten a sus socios y socias involucrarse más a fondo y conocer sobre el terreno los proyectos que se están llevando a cabo.
Anualmente desde 2004 Oxfam Intermón ofrece a cinco de sus colaboradores y colaboradoras económicas junto a sus acompañantes, la posibilidad de descubrir de primera mano los programas que desarrolla y que son posibles gracias a su aportación desinteresada.
Gracias a esta experiencia algunos de los socios y socias de Oxfam pudieron visitar el pasado año la asociación Tighanimine encargada de elaborar aceite de argán, uno de los ingredientes de la gama de cosmética natural Senzia, o viajar a Paraguay en el 2015 y conocer la cooperativa Manduvirá, de donde procede el azúcar orgánico de comercio justo de nuestras tiendas solidarias y tienda online, y enriquecerse a nivel personal con esta vivencia de inmersión en otra cultura y las costumbres de sus habitantes, al mismo tiempo que redescubren la importancia de trabajar por los derechos y libertades de todos y todas para que el conjunto de la ciudadanía mundial viva con dignidad.
¡Ser solidarios y solidarias merece la pena!
Información a tu alcance
Cualquiera que lo desee puede consultar las cuentas de las ONG comprometidas con la transparencia, ver detalladamente de dónde proceden sus ingresos y a qué se destinan sus fondos, así como las partidas presupuestarias dedicadas a cubrir, entre otros asuntos, las distintas necesidades administrativas.
La legitimidad de las ONG y las organizaciones solidarias se trabaja a golpe de transparencia, rindiendo cuentas ante la población y los distintos organismos e instituciones reguladoras en particular.
Como hemos podido ver, las auditorías externas, la publicación de cuentas de resultados, las distintas herramientas de seguimiento y evaluación con las que se dotan... todo ello persigue un único y mismo fin: confirmar que son plenamente confiables y legítimas, que trabajan incansablemente para cumplir sus objetivos y que las transparencia y la rendición de cuentas figuran entre ellos de un modo destacado.
Así que, ante la posible falta de confianza en la gestión de las cuentas de estas organizaciones, recuerda que hay toda una serie de auditorías y mecanismos que amparan su transparencia y buena gestión. Infórmate, y ¡no dudes en apostar por la organización que trabaje por la causa que hayas elegido apoyar!