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En las últimas décadas se ha avanzado bastante en la igualdad de género, es cierto, pero no debemos bajar la guardia, ¡aún queda mucho trabajo por hacer! Porque todavía hoy, la sociedad no espera ni ofrece lo mismo a hombres y a mujeres.
Para que el cambio sea profundo es vital educar en igualdad a los niños y niñas. La infancia es el futuro, debemos darles ejemplo, prestar atención a cada gesto o frase y tener presente la igualdad de género en su educación. En este post te daremos algunas ideas sobre cómo empezar.
Nuestros niños y niñas tienen derecho a crecer en igualdad. Unos y otras deben tener las mismas oportunidades y posibilidades para desarrollarse en función de sus capacidades reales y sus preferencias, y no basándose en estereotipos marcados por una sociedad patriarcal.
Para ello, es importante que todos y todas, hombres y mujeres, trabajemos en común: familia, escuela, la sociedad en su conjunto e, incluso, el Estado, comunidades autónomas y ayuntamientos. ¡Pero debemos empezar desde la pequeña escala, es decir, desde casa o el colegio!
¿Qué podemos hacer en casa para educar en igualdad?
La educación de la infancia se sostiene sobre varias columnas, pero el pilar fundamental es la familia. La educación y el ejemplo que reciben en casa determinará su comportamiento, sus creencias y su forma de relacionarse cuando sean personas adultas. Estas son algunas cuestiones sobre las que deberemos pensar si queremos educarles en igualdad:
- Debemos poner mucha atención en no perpetuar los roles y comportamientos sexistas ni con nuestro lenguaje ni con nuestros actos. Por ejemplo, pensemos en cómo está organizado el reparto de tareas y responsabilidades en nuestra familia. Las personas adultas hemos crecido en una sociedad profundamente machista y no siempre somos conscientes de nuestros comportamientos o pensamientos sexistas. Tenemos que desaprender y ponernos a juicio. ¡Intentémoslo!
- Démosles responsabilidades sobre las tareas del hogar de acuerdo con su edad, sin hacer diferencias por género.
- Aceptemos la individualidad de cada niño o niña con sus características particulares, favoreciendo que sean ellos o ellas mismas. Apoyemos el desarrollo de sus talentos o sus preferencias.
- Hablemos con espíritu crítico, compartamos la información que reciben en el colegio, de la televisión, de sus amigos, etc. Todo lo que venga del exterior no va a estar siempre libre de los estereotipos sexistas. Expliquémosles que existe la desigualdad de género, que es injusta y que hay que cambiarla.
- Procuremos que los juguetes que tengan en casa no sean sexistas. Es decir, la cocinita y las muñecas no son solo para niñas, ni los camiones y superhéroes son solo para niños. Ofrezcámosles una oferta variada de juguetes y permitamos que sea cada niño o niña los que muestren sus preferencias. ¡Démosles juegos para educar en valores!
La tarea de educar en igualdad es ardua, lo sabemos, pero te aseguramos que compensa. Te compensará, por ejemplo, cuando veas a tus niños y niñas convertidos en personas adultas seguras, con autoconfianza y justas. Personas capaces de cumplir sus sueños, sin prestar atención a lo que la sociedad espera de ellos y ellas. En definitiva, personas más libres.
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