Con el diccionario en la mano, la palabra incluir significa “poner un caso en el interior de otro o dentro de sus límites”. Al referirnos a inclusión en la educación, apuntamos a un marco teórico en el que el modelo que se sigue atiende a la diversidad en el aula o en cualquier ámbito educativo.

El reto de la educación inclusiva es que lo que llamamos diversidad no es algo estático y va cambiando según el contexto social, de edad o de otro tipo. ¿Y qué requiere hoy en día educar en la inclusión? ¡Te lo explicamos!

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La inclusión en la educación: características

La inclusión como enfoque en el abordaje de la educación tiene por objetivo que todas las personas que forman parte de una determinada comunidad consigan los mismos objetivos y metas de aprendizaje, con independencia de las condiciones y características particulares de las que partan.

En definitiva...

  • La inclusión da respuesta a las necesidades de cada miembro de un grupo.
  • Una educación inclusiva apuesta por adaptar los materiales de apoyo para adaptarse tanto a intereses como a capacidades diferentes.
  • La inclusión es especialmente sensible a sectores vulnerables de la población en peligro de exclusión.

La diferencia entre la integración y la inclusión

Para no confundirnos en el uso técnico entre integración e inclusión, pensemos en una escuela para alumnos o alumnas con necesidades especiales. En cuanto al resto de la comunidad donde se inscribe el centro y al sistema educativo en sí, la existencia de un centro segregado supone una medida integrativa.

En cambio, la inclusión aboga por englobar y reunir a todos los individuos dentro de un mismo centro y adaptando la estructura del sistema de esta forma. ¿Qué te parece?

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Ventajas de la inclusión

Abrazar un sistema inclusivo puede parecer costoso. En general, la sociedad es reticente a los cambios y a ver los beneficios de la inclusión de diferencias de orígenes, capacidades físicas y psíquicas en un mismo entorno educativo. La inclusión comporta una oportunidad y un ejercicio de aprendizaje en sí mismo. Así...

  • Se produce una mayor riqueza cultural y colaborativa en las aulas.
  • La inclusión implica juntar personas de diferente origen, procedencia, lengua, estrato social y también capacidades intelectuales.
  • La inclusión fomenta la igualdad real de oportunidades y no alienta la competencia entre el alumnado.
  • La inclusión permite trabajar en el aula valores humanos a muy diferente nivel, empezando por aprender a responsabilizarse.
  • Garantiza o promociona que exista respeto por la diferencia.

¿Es inclusivo el sistema educativo actual?

Más allá de la teoría, la realidad de las clases puede ser otra. Adoptar medidas de inclusión tiene que ver no solo con que el centro educativo pretenda ser inclusivo, sino que es algo que afecta a toda la sociedad en conjunto. Se trata, por tanto, de ir introduciendo cambios estructurales.

De manera paulatina, se van registrando avances en este tipo de prácticas que caminan hacia la inclusión de quien aprende, sean cuales sean sus circunstancias sociales y aptitudes o capacidades intelectuales.

Por ejemplo, la manera de evaluar al alumnado va registrando cambios y se “ponen notas” por consecución de competencias o grupos de habilidades, y no basadas en un rango numérico o de grados, con el que se señala la diferencia. ¡Vemos cuáles son las opciones de llevarlo a la práctica!

Propuestas para lograr una educación más inclusiva

Después de todo, ¿cómo lograr una mayor inclusión? Cuando se trata de educar en la inclusión, podemos usar como docentes las TIC, para hacer que los materiales sean accesibles ante el alumnado con necesidades físicas especiales.

Las comunidades educativas tienen que cambiar su organización para adaptarse a la aproximación inclusiva. Esto significa que habrá que fomentar una mayor participación y, de nuevo, responsabilidad durante el proceso de aprendizaje de todos los agentes implicados.

Que la educación sea cada vez más inclusiva depende de todos y todas. Fomentar un enfoque inclusivo cuando se trata de educar asentará las bases de una nueva sociedad más solidaria, colaborativa y respetuosa hacia la diferencia.

Sin embargo, la inclusión es un valor a fomentar en todos los ámbitos de la vida y no solo en las escuelas. Por eso debemos responsabilizarnos de vivir incluyendo y de no señalar ni segregar a las personas. ¿Seremos capaces?

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