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Cuando vamos al supermercado, compramos por Internet o contratamos servicios en nuestro día a día, ¿cómo saber si la empresa que está detrás de lo que consumimos se preocupa por las personas y el medio ambiente?
Sí, la elección está en nuestras manos. Pero, ¿existe algún modo de saber que dichas empresas siguen políticas de responsabilidad social empresarial ?
Aunque parezca difícil, efectivamente es posible. Por eso, hoy te ofrecemos 5 ejemplos de empresas europeas que se toman muy en serio el asunto. Tanto así, que han sido reconocidas por entes estatales y mundiales por sus buenas prácticas empresariales en numerosos estudios de referencia, entre ellos la “Recopilación de casos de buenas prácticas entre pequeñas y medianas empresas de Europa”, publicado en 2004 por la Comisión Europea). ¡Quédate con sus nombres!
Antes de fijarnos en estos 5 casos que te hemos enunciado, repasemos brevemente qué es la responsabilidad social empresarial (RSE).
Todos y todas somos responsables de nuestros actos y de sus consecuencias. Cuando hablamos de responsabilidad social empresarial, nos estamos refiriendo al hecho de que las empresas tienen que asumir las consecuencias de sus actividades, que no siempre son del mismo tipo sino que dependen tanto de los factores que supongan dichas actividades como de a quién o a quiénes perjudiquen. Para empezar, centrémonos en los diversos ámbitos que abarca la responsabilidad social empresarial (RSE):
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Responsabilidad medioambiental:
Todas las actividades empresariales tienen un impacto sobre el medio ambiente, desde la obtención de materias primas hasta la distribución de los productos, pasando por su fabricación. Para ser responsable en este aspecto, es preciso optimizar en lo posible los recursos utilizados y tratar de minimizar el impacto con, por ejemplo, medidas de ahorro energético.
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Responsabilidad comunitaria:
Las empresas están enmarcadas en un entorno social y comunitario que se puede beneficiar con su actividad si estas toman conciencia de su importancia. Si las empresas contribuyen al desarrollo positivo de las comunidades en las que se encuentran, también se verán beneficiadas: mejora su imagen pública, su prestigio comunitario se incrementa y su entorno social más inmediato se torna en un sólido aliado.
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Responsabilidad respecto al mercado:
Los clientes y clientas son uno de los actores más directamente afectados por la actividad empresarial. Es responsabilidad de estas mantener estándares de calidad en sus productos y servicios, aportando políticas de transparencia para que el mercado tenga plenas garantías de ello.
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Responsabilidad respecto al puesto de trabajo:
Detrás de las empresas, ante todo, existen personas. Medidas encaminadas a conciliar el trabajo y la familia, ofrecer cursos y actividades de formación, reducir las horas extra o mantener un trato cordial y respetuoso en todos los aspectos son medidas empresarialmente responsables.
Veamos ahora, pues, de qué modo esto se lleva a la práctica por parte de empresas internacionalmente reconocidas por sus buenas prácticas. ¡Puede que a partir de ahora mires con nuevos ojos las marcas que eliges!
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Harineras Villamayor – España:
El caso de las Harineras Villamayor es especialmente interesante. Las cifras constatan su preocupación por el bienestar de su equipo humano, con una tasa de empleo estable de más del 95% y el fomento de la democracia participativa en la toma de decisiones de la empresa. Fue la primera PYME en entrar en la base de datos de la Comisión Europea gracias a sus prácticas responsables. En palabras de su director general: “Un grano no hace granero, pero ayuda al compañero. Es verdad que no podemos montar una guardería como los grandes, pero sí hacer pequeñas cosas por el entorno y las relaciones laborales. Cada cosa aislada no dice nada, pero juntas sí.”
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Ecover – Bélgica:
Los productos ecológicos de limpieza y detergentes de Ecover tienen como misión “hacer fácil un estilo de vida saludable y sostenible”. Todo lo que producen lo fabrican con un impacto mínimo sobre el medio ambiente, empleando materiales ecológicos, reciclados o recuperables y, sobre todo, con un bajo consumo de energía. Ecover es también una compañía pionera en el uso de aplicaciones y materias primas que minimizan el impacto de sus productos sobre los entornos: todos ellos están compuestos de ingredientes vegetales y son altamente biodegradables.
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Gulpener Bier – Holanda:
La sostenibilidad y la responsabilidad social de esta empresa cervecera son los principales incentivos de Gulpener Bier. Todos los ingredientes que emplean para elaborar su cerveza se cultivan con procedimientos ecológicos en la región donde se encuentran y todo el proceso de producción se alimenta con energía solar. Los 70 agricultores que constituyen la cooperativa Triligran con la que trabajan no están autorizados a usar plaguicidas y, como recompensa por ello, reciben por sus productos un precio un 10% superior al del mercado. La empresa cervecera procura reducir la contaminación en todas las fases del proceso de producción. Por ejemplo, todas sus botellas son reciclables y reducen al mínimo el embalaje que utilizan.
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Filo Diretto – Italia:
El grupo Filo Diretto es una marca aseguradora especializada en la prestación de servicios médicos y asistenciales. Contando con recursos que la compañía entiende de un alto valor para la comunidad, constituyó una organización sin ánimo de lucro destinada a prestar asistencia a la infancia más desfavorecida, Gruppo Filo Diretto per l’Impegno Sociale, en hospitales de Italia y Angola. La empresa destina un 1% de sus beneficios a esta tarea humanitaria y promueve la donación de entre el 5 y el 10% de las comisiones de sus representantes a proyectos de asistencia médica a la infancia. ¡Explícalo en tu trabajo!
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Dorf-Installateur – Austria:
La compañía austríaca Dorf-Installateur está especializada en la instalación de equipos sanitarios y sistemas de calefacción y representa uno de los ejemplos más claros de responsabilidad social empresarial más integrales. Desde el punto de vista del equipo humano, apuesta por la formación continua y la motivación de sus empleados, organizando jornadas de puertas abiertas a aprendices interesados en las energías renovables y desarrollando proyectos formativos, teniendo siempre en cuenta la satisfacción de sus empleados. Además, fomenta el trabajo colaborativo y potencia el desarrollo de las capacidades artesanales de sus empleados. Participa e impulsa proyectos de formación para niños y niñas con discapacidad, como el colegio Schulheim Mäder. También investiga y desarrolla sistemas de calefacción respetuosos con el medioambiente a través del uso de energías renovables.
Podríamos poner muchos más ejemplos de empresas socialmente responsables. Y es que, por suerte, son cada vez más las compañías que adquieren conciencia del valor de cuidar del entorno, y apuestan por él.
Empresas responsables y tu papel como persona consumidora
La responsabilidad social es un asunto redondo que revierte en beneficio de todos los actores que intervienen en el comercio y que, por ello mismo, nos puede ayudar a darnos cuenta de hasta qué punto la influencia de las personas consumidoras es clave para que las empresas adopten medidas socialmente responsables.
Tu rol como consumidor y consumidora es fundamental en este asunto: no solo puedes impulsar los productos que hayan sido elaborados con prácticas sostenibles y respetuosas con el medio ambiente al incluirlos en la cesta de tu compra, sino que también puedes realizar un control de las acciones que desempeñan las empresas en el entorno en el que operan.
Se trata de decisiones cotidianas, claro que sí, pero si las aplicamos a gran escala pueden convertirse en decisiones contundentes para exigir un cambio en el modelo de producción de las empresas y los mercados en general.
Tenlo siempre presente: la idea es apostar por un mundo con más oportunidades, menos desigualdad y más transparencia. ¡Está en tus manos como habitante del planeta!