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Café solo o con leche, tortilla con o sin cebolla, vehículos eléctricos o automóviles convencionales. Nuestra vida está llena de pequeñas elecciones que, en ocasiones, pueden ser muy significantes. ¿Te has planteado alguna vez cómo influyen estas aparentes nimiedades sobre el medio ambiente?
Todo lo que consumes o utilizas tiene un mayor o menor impacto sobre el planeta y sus recursos naturales. Porque requiere del uso de agua, energía o combustible para su fabricación o funcionamiento.
Y es el compromiso con la sostenibilidad el que hace que surjan nuevas alternativas de productos o servicios, como los coches eléctricos. ¿Pero son estos más ambientalmente saludables? Intentamos responderte a la pregunta...
Vehículos eléctricos, vehículos convencionales y contaminación
Actualmente disponemos de muchas opciones de transporte a nuestro alcance. Nos ahorran tiempo, nos acercan a las personas que nos importan y, también, influyen sobre otros aspectos de nuestra vida como la contaminación o la salud. ¿Quieres saber por qué?
Los vehículos convencionales
El Programa del Medio Ambiente de las Naciones Unidas entiende que el transporte es un medio para promover la actividad económica y el bienestar del ser humano. Pero también señala que este sector influye de forma importante sobre la emisión de gases de efecto invernadero y la contaminación. Al crecer las economías, aumenta la actividad de este departamento e inevitablemente las emisiones, ya que el 95% de la energía empleada en el transporte mundial procede de combustibles fósiles. Por eso consideran que una movilidad baja en carbono puede disminuir la polución.
El Programa del Medio Ambiente de la ONU recuerda que actualmente el transporte genera una cuarta parte de las emisiones totales de dióxido de carbono a la atmósfera relacionadas con la energía.
El Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE) señala que un vehículo emite una media de 2,35 kg y 2,64 kg de CO2 por litro de gasolina y gasóleo consumido, respectivamente. ¿Necesitas más datos?
Los vehículos eléctricos
La quema de combustibles fósiles produce dióxido de carbono. Este es un gas decisivo para el efecto invernadero. La atmósfera recibe anualmente 8 gigatoneladas de emisiones de CO2, un 70% más que hace 30 años, procedentes del transporte convencional, según las Naciones Unidas. Esta cifra podría duplicarse en el año 2.040 y acelerar el cambio climático. ¿Pueden ser los vehículos eléctricos un instrumento para combatirlo?
La International Council on Clean Transportation (ICCT) estima que:
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Son más eficientes a la hora de transformar la energía en movimiento en comparación con los vehículos convencionales propulsados por gasolina y diésel.
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No generan emisiones en el tubo de escape.
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Son más compatibles con las fuentes renovables de energía.
Este punto puede ser clave. Antonio Guterres, Secretario General de la ONU, considera que hay que gestionar adecuadamente la demanda de electricidad para este tipo de transporte, creándola en base a fuentes renovables y no combustibles fósiles, de modo que no se añadiera un inconveniente más a la problemática existente.
La contaminación
Para empezar, diremos que empobrece nuestra calidad de vida. El transporte, la calefacción o la industria son actividades que precisan de la quema de combustibles fósiles y, por tanto, son responsables de ella.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la contaminación atmosférica de las ciudades afecta a la salud de su población: incrementa el peligro de sufrir dolencias respiratorias tanto agudas como crónicas y enfermedades cardiovasculares. Hay colectivos más vulnerables como los menores, las personas mayores, las familias con menos ingresos y aquellas que ya están enfermas.
El ruido es otro problema. Según la Oficina Regional de la Organización Mundial de la Salud para Europa, influye negativamente sobre la salud y el bienestar del ser humano. Hay varias fuentes generadoras de ruido ambiental, entre ellas, el tráfico. De ahí que en sus Guías Europeas sobre Ruido Ambiental ofrezca recomendaciones destinadas a este sector.
Nuestra salud está ligada a la del planeta. Cuidar de él es preservar un futuro saludable para toda la ciudadanía. En la guía Cambio Climático de Oxfam Intermón te explicamos el desafío que impone este fenómeno mundial y qué está en tu mano para contribuir a mitigarlo. ¡Descárgala de forma gratuita!
Desplazarse de modo sostenible, ya sea en bicicleta, andando o en transporte público, reporta beneficios que no son solo individuales. Tus pulmones te darán las gracias, sí, pero también favorecerás un entorno más respetuoso que invite a la convivencia y cohesión ciudadana. Entonces, ¿tú cómo eliges moverte?
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