Casi toda la población está de acuerdo en lo que significa e implica la contaminación de la Tierra. Es un fenómeno que nos preocupa porque de su buen estado depende, a la vez, nuestra supervivencia y la de cientos de especies animales y vegetales.

Sin embargo, aunque conocemos bien el impacto de este fenómeno sobre nuestro entorno, muy pocas veces nos paramos a pensar qué es lo que lo produce y de qué manera podemos incidir, empezando a pequeña escala desde nuestros hogares. En este post nos proponemos ponerle cara a cinco causas de la contaminación y te damos algunas pautas para evitarla. ¡Llegó el momento de tomarnos en serio la salud de nuestro planeta!

Nueva llamada a la acción

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Principales problemas del medio ambiente

Así pues, para abordar el fenómeno de la contaminación de la Tierra en toda su complejidad, es necesario abordar los principales problemas del medio ambiente, entre los que podemos destacar los siguientes:

  1. Los pesticidas y productos químicos

Los productos que se usan en la agricultura y en la industria convencional liberan enormes cantidades de gases de efecto invernadero, que son causantes directos del deterioro de la capa de ozono y del cambio climático. También perjudican el estado de los suelos destinados al cultivo y las fuentes de agua. En este sentido, la Organización Mundial de la Salud señala el riesgo del uso de sustancias químicas como los plaguicidas, debido a su capacidad de permanecer en el agua y el suelo durante años. Pero también resalta que pueden resultar tóxicos para el ser humano.

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2. La deforestación

Los árboles ayudan a purificar el aire. Sin embargo, en las últimas décadas hemos asistido a la desaparición de cientos de bosques en el mundo. Se calcula que cada año desaparece una extensión similar al territorio de Panamá o Portugal. Ante este panorama, los efectos de los gases que se encuentran en el aire son más notorios y pueden causar graves enfermedades para las especies terrestres. Y no digamos, como a veces dicen nuestros hijos e hijas, “yo no he sido”, porque la ONG Mighty Earth indicaba recientemente que existe una estrecha relación entre la deforestación y la alimentación, ya que, por ejemplo, se están extendiendo los monocultivos de soja (más de un 70% de la producción mundial de soja se destina a pienso para la ganadería).

3. Los desechos industriales y domésticos

El consumo masivo promueve procesos industriales en cadena que pasan por alto la protección del medio ambiente. Los desechos que se generan tras estos procesos son una de las principales causas de la contaminación.

4. Los combustibles fósiles

La excesiva explotación del carbón, el petróleo y el gas natural, entre otros, genera altos índices de contaminación, no solo en el aire sino en los entornos en donde se extraen tales recursos. Hasta la fecha, ninguna convención internacional ha logrado trazar un límite claro entre el desarrollo sostenible y el cuidado de la Tierra. Sin embargo, los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU sí ponen el foco en esta cuestión: fomentar un desarrollo que no ponga en peligro los recursos ni el bienestar de las generaciones venideras.

5. Los altos índices de producción de basura

Nuestras sociedades se caracterizan por el alto consumo de bienes, lo cual genera a su vez un alto nivel de residuos. Cuantos más sean, mayores daños causarán a la Tierra. De ahí la importancia de su selección.

Contaminación de la Tierra. ¿Qué podemos hacer?

Las iniciativas políticas e institucionales contra la contaminación de la Tierra son muy positivas. No obstante, también la ciudadanía y las familias desde sus hogares, podemos ayudar a frenar los efectos de este fenómeno. ¿Cómo? Fíjate en las siguientes opciones:

  • Reciclando los residuos que generamos a diario. Reciclar supone dos grandes ventajas: por un lado, reutilizar productos que ya cumplieron un primer ciclo de uso; y segundo, clasificar los residuos para evitar que los encargados de esta tarea inviertan más recursos y tiempo en ello. ¿Empezamos con algo muy sencillo? Podemos enseñar a nuestros niños y niñas cómo reciclar correctamente o mostrar que jugar con objetos reciclados puede resultar muy divertido.
  • Usando el transporte público y otros medios alternativos. La bicicleta, los coches eléctricos o el metro son ideales para la sostenibilidad del planeta, pues no generan gases de efecto invernadero.
  • Impulsando el consumo responsable. Comprar nuevos productos no debe ser un hábito, tiene que responder a necesidades reales. Si optamos por un estilo de consumo responsable, reduciremos la demanda de ciertos productos y, con ello, las empresas no emplearán nuevos recursos naturales y disminuirán los niveles de gases de efecto invernadero que liberan a la atmósfera.
  • Sumarte a las peticiones que piden una actitud más comprometida por parte de los gobiernos hacia el cambio climático, empezando por el gobierno español. Como la que lanza Oxfam Intermón: firma para que el Gobierno español aporte a lo que se ha comprometido para que las personas más pobres puedan adaptarse a las consecuencias de un cambio climático que no han provocado.
  • Construyendo un huerto urbano en casa. Los huertos caseros no solo nos ayudan a obtener alimentos más saludables para el autoconsumo, sino que son un buen recurso para generar conciencia sobre la contaminación de la Tierra. Conoce qué puedes plantar en primavera o qué plantas aromáticas son ideales para tu huerto doméstico. ¡Y anímate a poner uno en tu hogar! Recuerda que, además, tienes la guía gratuita Cómo hacer un huerto urbano de Oxfam Intermón llena de recursos indispensables.

Y tú y tu familia, ¿cuántas de las prácticas anteriores tenéis como hábito? ¿Qué otros actos conocéis o lleváis a cabo diariamente, de forma casi inconsciente, que ayudan a la preservación de nuestro planeta? ¡Cuéntanoslas y, entre todos y todas, ampliaremos la lista! ¿Quién empieza?

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