Los valores educativos son un elemento imprescindible en cualquiera de las etapas de nuestra formación. Son tan importantes como las asignaturas que conforman los núcleos vertebrales de los programas académicos. Entonces, ¿por qué no los trabajamos específicamente desde las aulas?

Al asistir a la escuela, no solo es importante adquirir los conocimientos específicos de áreas como matemáticas, geografía, historia, lengua o inglés. También es necesario que nos formemos en valores y que aprendamos los principios y las bases de la convivencia en sociedad y del papel que ocupamos en ella. ¿No serán el hábitat en el que vamos a desenvolvernos durante el resto de nuestra vida?

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La educación en valores es, ante todo, una herramienta para poner en práctica acciones basadas en la solidaridad, la cooperación, el bienestar general, el respeto o la convivencia, entre otros, así como una vía para generar conciencia y empatía sobre los distintos problemas que afectan al mundo en el que vivimos.

En este sentido, forma parte de lo que actualmente se denomina 'ciudadanía global', un movimiento que cobra protagonismo en distintos países y cuyo objetivo es aumentar el compromiso de las personas con sus entornos. ¿Ves por dónde vamos?

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¿Cuándo y por qué formarnos en valores educativos?

Cualquier edad es buena para adquirir valores educativos. Sin embargo, si se trata de generar una cultura alrededor de dichos valores e impulsar una serie de cambios estructurales, la infancia es sin duda la mejor etapa de nuestra formación para ello, ¿no crees?

La ciudadanía global es una corriente educativa que impulsa un nuevo modelo de ciudadanía comprometida activamente en la consecución de un mundo más equitativo y sostenible. La educación para la ciudadanía global apuesta por el respeto y la valoración de la diversidad, la defensa del medio ambiente, el consumo responsable y el respeto a los derechos humanos individuales y sociales. Entiende que los ciudadanos y las ciudadanas globales se caracterizan por:

  • Ser conscientes de la gran amplitud y de los desafíos del mundo actual.
  • Reconocerse a sí mismos y a los demás como sujetos con dignidad, con obligaciones que cumplir y derechos que pueden exigirse, y con poder para conseguir cambios.
  • Responsabilizarse por sus actuaciones, se indignan ante las injusticias y frente a cualquier vulneración de los Derechos Humanos.
  • Respetar y valorar la equidad de género, la diversidad y las múltiples pertenencias identitarias de las personas y de los pueblos como fuente de enriquecimiento humano.
  • Se interesan por conocer, analizar críticamente y difundir el funcionamiento del mundo en lo económico, político, social, cultural, tecnológico y ambiental.
  • Participar y comprometerse con la comunidad en los diversos ámbitos, desde los locales a los más globales, con el fin de responder a los desafíos y lograr un mundo más equitativo y sostenible.
  • Contribuir a crear una ciudadanía activa, que combate la desigualdad a través de la búsqueda de la redistribución del poder, de las oportunidades y de los recursos.

Algunos recursos para trabajar los valores educativos

Los valores educativos no son objetos concretos ni materiales. Todo lo contrario, son conceptos abstractos que necesitan trasladarse a la práctica para visualizarlos en toda su extensión y comprender su importancia.

Ese es justamente el principal reto de la educación en valores: traducir esos conceptos a nuestra cotidianidad y suministrar recursos para aplicarlos. Pero... ¿cómo lograrlo?

Como es lógico, la educación en valores no se imparte de la misma forma en todas las fases de formación y aprendizaje. Cada momento requiere de unos métodos y recursos en función de nuestra capacidad cognitiva. No es lo mismo trabajar el valor del respeto entre niños y niñas de 5 años que hacerlo en adolescentes de 15.

Los retos de cada etapa son distintos, lo cual obliga a que los vehículos de aprendizaje también lo sean. A continuación enumeramos algunos recursos que pueden ayudarnos a trabajar valores educativos en cada momento de la formación en las aulas: 

1) Educación en valores en Primaria

La Primaria es la etapa más importante a la hora de trabajar los valores educativos. Es el momento en el que empiezan a descubrir verdaderamente el mundo y se relacionan directamente con sus semejantes.

Si tienen una formación sólida en valores, sabrán la importancia de estos y tendrán claro cuándo deben aplicarlos. El objetivo es ayudar a que los identifiquen y que, a la vez, los asuman como algo que forma parte de su cotidianidad. Algunos recursos que podemos implementar en este sentido son:

  • Libros para clase: de descarga gratuita, los libros de la plataforma Kaidara ofrecen recursos para incorporar en el aula la educación en valores basada en la Ciudadanía global, así como propuestas de autoformación para los profesores.
  • Juegos didácticos: los juegos acercan los valores a los más pequeños. Su propósito es servir como proyección de la realidad para plantear situaciones hipotéticas en las que deban tomar decisiones al respecto. ¿Qué mejor que aprender valores de forma divertida, amena y en compañía de otros niños?

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  • Vídeos y animaciones: en esta primera etapa es fundamental el papel de la imagen. Los niños y las niñas se apoyan en recursos como los vídeos, la animación y hasta las caricaturas para aprender lo que son los valores y las conductas sociales. Es otra forma de acercarlos a esta temática.
  • Dibujos: también se pueden visualizar los valores a través de ilustraciones y dibujos hechos por los propios pequeños. Este recurso nos dará una idea de cuál es su concepto real de los valores que queremos transmitirles.

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2) Educación en valores en Secundaria

Entre los 12 y los 16 años, los adolescentes ya no solo deben identificar los valores más importantes a nivel individual y colectivo sino que, además, deben darles una utilidad concreta. Es decir, van ligados a las distintas inclinaciones profesionales o talentos que se vayan esbozando en ellos y en cómo aplicarlos en cada área.

Como es lógico, los recursos empleados en esta etapa son más elaborados y complejos que en la etapa educativa de Primaria. Algunos de ellos son:

  • Documentales y cortometrajes: los cuentos y vídeos explicativos dan paso a piezas visuales más complejas y elaboradas, aunque no por ello deben perder el contacto con los intereses de los adolescentes que se sitúen en esta franja de edad. El objetivo sigue siendo el mismo: visualizar los valores educativos.
  • Páginas web de valores: a esta edad, la interactividad con las herramientas digitales es mucho mayor y es por eso que se recomienda el uso de plataformas, páginas, tabletas y otros recursos para la educación en valores.
  • Iniciativas de voluntariado: también es una buena época para fomentar en los adolescentes la importancia y el impacto de las iniciativas de voluntariado, sea cual sea el área de aplicación. Si ahora participan como miembros activos de ellas, mañana quizá sean líderes de sus propios proyectos.

Recuerda que, en estas dos etapas, además del trabajo en el aula sobre valores educativos es importante seguir insistiendo en ello a lo largo del proceso formativo, bien sea en los ciclos de enseñanza media o en los grados profesionales. Sin olvidar, por supuesto, que la educación complementaria y los valores que se desprenden desde el hogar son el complemento imprescindible para cristalizar los esfuerzos realizados en la educación formal. ¡Todos a la una!

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