El efecto invernadero es un problema cada vez más serio: es causa directa del calentamiento global y, por tanto, de los cambios en las temperaturas y el clima, de las sequías, del deshielo de los casquetes polares… Por tanto, es responsabilidad de todos combatirlo para salvaguardar el planeta. Solo así conseguiremos reducir su terrible impacto sobre nuestro mundo. Aún estamos a tiempo de lograrlo.
Y si queremos alcanzar nuestra meta, es importantísimo que empecemos a educar a nuestras siguientes generaciones en valores como el respeto por el medioambiente y les enseñemos las ventajas del reciclaje. Una buena forma de lograrlo es a través de experimentos y juegos con los que puedan participar de forma activa en su aprendizaje, y eso es precisamente lo que te proponemos hoy: un experimento muy sencillo con el que podrás explicarles las consecuencias que tiene el efecto invernadero sobre el planeta. ¿Empezamos?
Experimento para explicar el efecto invernadero a tus hijos e hijas
Con este sencillo experimento conseguirás que tus pequeños aprendan de una forma visual y práctica cuáles son las terribles consecuencias del calentamiento global. El objetivo es que puedas reproducir junto a ellos el efecto invernadero para que vean cómo interfiere sobre nuestro día a día. Para realizarlo necesitarás:
- Una caja de plástico transparente
- Dos termómetros
- Un reloj
- Dos plantas que quepan en la caja, cultivadas en vasos de plástico
Tendrás que sembrar dos plantas en vasos de plástico: las de judías, por ejemplo, crecen muy bien. Cuando alcancen los 15 centímetros de altura estarán listas para llevar a cabo el experimento que te proponemos, que tendréis que realizar en un día soleado.
El día elegido, tocando a mediodía, colocad una de las plantas dentro de la caja de plástico, junto con un termómetro, y colocad la otra planta y el otro termómetro a su lado, pero fuera de la caja. Es muy importante que coloquéis la punta metálica de ambos termómetros a la sombra de los vasos para que no reciban sol directo: de esta manera, la medición de la temperatura no estará influenciada por la incidencia del sol sobre el mercurio.
Anotad la temperatura que marcan justo al colocarlos y, después, id anotando cada dos minutos las temperaturas. Veréis que, después de unos 15 minutos, en el interior de la caja hace bastante más calor que fuera, y que la planta empieza a ponerse mustia mientras que la que está al aire libre se mantiene intacta.
¿Por qué es malo el efecto invernadero?
El efecto invernadero por sí mismo no es un problema: es el mecanismo que ha permitido que la temperatura del planeta sea lo suficientemente cálida como para que podamos vivir en él, gracias a que algunos gases de la atmósfera evitan que el calor se vaya hacia el espacio: son el dióxido de carbono, el metano, los clorofluocarbonos, el vapor de ozono y los óxidos de nitrógeno. Por tanto, en pequeñas concentraciones son esenciales para la supervivencia de la vida en la tierra.
El problema empieza cuando estos gases empiezan a acumularse excesivamente en la atmósfera, debido a que emitimos muchos más de los que la tierra puede regular de forma natural. Es en este momento cuando las temperaturas empiezan a aumentar y el calor se va concentrando, tal como sucede, a pequeña escala, en la caja que has utilizado en tu experimento. Cuando la cantidad de calor es demasiado alta y el ambiente no puede termorregularse, las condiciones de vida se vuelven cada vez más extremas y en plazos de tiempo cada vez más rápidos. De esta manera, tal como has visto con la planta del experimento, llega un momento en que es imposible mantenerse en un estado óptimo.
Con experimentos y actividades como esta te será muy sencillo concienciar a tus hijos sobre la necesidad de cuidar nuestro planeta para luchar contra el efecto invernadero. Enséñales a reducir, reciclar y reutilizar y, sobre todo, a respetar el medio ambiente para que todos podamos vivir en un mundo más saludable.
De esta manera, podremos reducir nuestro impacto sobre la tierra y disminuir la emisión de gases contaminantes que tantos daños provocan en el planeta: deforestación, desertización, huracanes… Entre todos podemos detener este proceso, y en nuestras manos está educar a los más pequeños para que adopten hábitos responsables cuando sean adultos, porque ellos son el futuro. ¿Lo mejor de todo? ¡Que todavía estamos a tiempo! ¿Por qué esperar un día más?
Hay muchísimas maneras de enseñar a los más pequeños a ser responsables con el medio ambiente: incorpora hábitos de reciclaje en vuestro día a día y hazles participar de forma activa; enséñales a reutilizar todos los productos que puedan; explícales que pueden reconvertir la ropa en otras prendas para poder seguir utilizándola si se rompe o se les queda pequeña. ¡Juntos podemos conseguir un planeta más limpio!