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El efecto invernadero es un fenómeno mediante el cual determinados gases, integrantes de la atmósfera del planeta, detienen parte de la energía emitida por el suelo al haber sido calentado por la radiación del sol, según nos explica el Centro Internacional para la Investigación del Fenómeno El Niño (CIIFEN).
¿Has pensado alguna vez cómo nuestras decisiones o acciones cotidianas pueden contribuir a preservar o perjudicar la salud del planeta que habitamos?
En Oxfam Intermón nos hacemos esta pregunta a menudo y es en este blog donde solemos compartir contigo nuestras inquietudes, así que, una vez más, te invitamos a que nos acompañes: hoy es el turno del efecto invernadero natural. ¿Lo conoces? Te acabamos de contar qué se entiende por este fenómeno y, a lo largo del post, ahondaremos en cómo el ser humano está interviniendo sobre él. ¡No podemos seguir ignorándolo!
¿Sabes cómo influye el efecto invernadero natural?
Pongámonos en situación: el nitrógeno predomina en la atmósfera terrestre, seguido por el oxígeno y en una muy pequeña proporción una serie de gases, algunos de presencia variable, entre los que podemos encontrar el vapor de agua o dióxido de carbono, que actúan reteniendo y captando las radiaciones solares e imposibilitando que estas se escabullan de la tierra.
Esta actividad, conocida como 'efecto invernadero natural', es la que permite que el planeta Tierra disponga de unas óptimas circunstancias climáticas así como de unas temperaturas favorables para la existencia del ser vivo.
El efecto invernadero natural es, pues, un fenómeno beneficioso para el planeta. Pero es la acción del ser humano la que está pervirtiendo su impacto. ¿Vemos de qué manera?
La acción del ser humano
Nuestro impacto está aumentando en la atmósfera la presencia de gases como el dióxido de carbono, los óxidos de nitrógeno o el metano, rompiéndose así el equilibrio y acentuándose las consecuencias que provoca el efecto invernadero natural.
¿El resultado? Unas claras modificaciones sobre el clima y un evidente calentamiento del planeta. Y la realidad es que el cambio climático es ya un hecho.
¿Aún podemos hacer algo?
La Organización Meteorológica Mundial (OMM) señaló que, durante el año 2016, se observaron en la atmósfera los mayores niveles de presencia de dióxido de carbono.
El transporte o el consumo energético están a la cabeza entre las causas que contribuyen al incremento de gases de efecto invernadero. ¿Comprendes cuál es tu papel?
Conciénciate ante la necesidad de la utilización de medios de transporte más sostenibles y menos contaminantes, o en hacer un uso eficiente de recursos como el agua o la luz.
El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) advierte que es preciso actuar para limitar el incremento de la temperatura media global. De este modo, podríamos reducir el crecimiento del calentamiento global y evitar que las secuelas sean más que graves. Algunas de ellas ya podemos contemplarlas…
La problemática relación entre el cambio climático y la erradicación del hambre
Nuestro planeta, a lo largo de su extensa vida, ha experimentado cambios en su clima. Estas variaciones naturales la han llevado a pasar de períodos caracterizados por su calidez a otras épocas glaciares.
Y esa condición de “natural” es lo que debemos resaltar, pues hasta ahora no había participación del ser humano. Pero no solo hemos cooperado en el avance del cambio climático, sino que también sufrimos sus consecuencias. Y ya hay quien ha empezado a notarlas...
Las víctimas de este fenómeno meteorológico
Numerosas familias y comunidades en el mundo son cada vez más vulnerables ante el cambio climático.
Ellas dependen de lo que siembran en el campo. Pero ahora las inundaciones destruyen su cosecha y después llegan las sequías que arruinan los brotes. Cada vez se ven obligadas a caminar más lejos de sus hogares para recoger un agua que no siempre es saludable, y en cuya tarea también participan las niñas, dejando de lado su escolarización. ¿Imaginas lo que esto implica?
Noaga Ouèda, de 52 años y madre de 3 hijos y 5 hijas, vive en Kario (Burkina Faso), una región que padece inundaciones y sequías cada vez más intensas.
Ella cuenta cómo ha cambiado su entorno durante los últimos años, pasando de una temporada de lluvias mucho más larga a la escasez actual y a un suelo debilitado que les ofrece unas cosechas mermadas.
Noaga conoce el hambre. Cortan el cereal antes de su maduración para poder dar de comer a sus hijos e hijas, y la producción del campo se acaba en tres meses. Ya no les alcanza para alimentarse hasta la siguiente temporada de lluvias y se ven obligadas a vender a sus animales y racionar el to (harina).
En 2016, Oxfam Intermón y Atad construyeron una torre de agua: ahora, Noaga y las familias de su pueblo y de los poblados vecinos pueden acceder a agua limpia para beber, para el riego de sus huertos y para las labores domésticas.
Plántale cara al cambio climático
Intenta que tu familia no contribuya a que otras familias como la de Noaga Ouèda sufran las consecuencias de un clima cada vez más inestable. Hay muchas pequeñas acciones que puedes realizar. Te proponemos algunas:
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Emplea los “trucos de la abuela”. Por ejemplo, si has usado una prenda de ropa un par de veces, puede que no necesite pasar por la lavadora. Cuélgala de una percha y déjala un rato en algún lugar donde se airee bien. Nuestras personas mayores conocen infinidad de recursos como este.
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Recupera los juegos de antaño. ¿Recuerdas los partidos de fútbol con chapas o convertir una papelera y una bola de papel usado en una canasta y una pelota? Puedes proponer a tus peques que construyan sus propios juguetes a partir de materiales cotidianos y fomentar, con esta actividad, que aumenten su autoestima creando objetos útiles por sí mismos.
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Rescata tus fotos familiares. Las fotografías de nuestros abuelos, abuelas, tíos, tías… nos van a ayudar a mostrar a nuestros peques cómo ha influido el ser humano sobre el entorno y la necesidad de proteger nuestros recursos naturales. En muchas de ellas se pueden observar cómo eran los parajes naturales hace unas décadas y cómo están en la actualidad. ¡Haz que sean conscientes!
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No te dejes llevar por el espíritu consumista. Hay momentos del año, como las Navidades, los cumpleaños o el día del padre o de la madre, en que sucumbimos a las compras innecesarias. Es mejor no olvidarse de la esencia de esas festividades y usar algo de ingenio. Por ejemplo, en vez de adquirir adornos para el árbol, puedes colgar las postales navideñas.
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Vuelve a comprar como se hacía antes. Si los consumidores y consumidoras recuperásemos la buena costumbre de comprar los productos frescos a granel, la industria sabría que rechazaríamos ver en las superficies de alimentación cámaras con envases de mandarinas peladas o rodajas de melón cortado.
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Elige reparar antes que comprar. Hoy en día solemos deshacernos sin más de los utensilios que ya no funcionan, pero no hace mucho se seguía la política de ver si algo tenía arreglo antes de tirarlo al cubo de la basura. ¿Quieres practicarla? Hay lugares como los Repair Cafés donde la gente se une y aporta sus conocimientos para reparar objetos e incluso disponen de materiales o herramientas para ello.
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Come verduras y hortalizas directas del huerto a tu plato. En la Guía de los vagos para salvar el mundo, editada por las Naciones Unidas, nos invitan a comer menos carne debido a la cantidad de recursos que se necesitan para obtenerla. Nosotros te proponemos que cultives tus propios comestibles. Mmm… ¿te imaginas su frescura? Disfrutarla está a tu alcance con la guía gratuita Cómo hacer un huerto urbano de Oxfam Intermón.
Como ves, se trata de pequeños recursos para concienciar a tus hijos e hijas de la necesidad de actuar con responsabilidad y cuidar de nuestro planeta. ¡Y, además, son la mar de fáciles! ¿Qué otras ideas se te ocurren?
El cambio climático es un desafío a nivel global. ¿Es, entonces, inabarcable? Puede parecerlo, por eso se requiere la participación de todos y todas y la presión a los órganos supranacionales para que puedan ejecutar prácticas a gran escala.
Has comprobado cómo el cambio climático está afectando a familias campesinas y haciendo que no dispongan de medios para cubrir las necesidades básicas de sus hijos e hijas. En Oxfam Intermón están trabajando para que esta población no quede a merced de los efectos de este fenómeno y pueda adaptarse. Tú también puedes unirte a esta labor y exigir al Gobierno que actúe.
Nunca pienses que no puedes hacer nada o que hagas lo que hagas no valdrá la pena. Las acciones individuales de personas como tú están logrando transformar la sociedad. ¿Contamos contigo?