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Respetar y garantizar los derechos y deberes de los niños y las niñas es algo esencial para el presente y futuro de la sociedad. Si hay algo que no ponemos en duda es lo importante que es para nosotros y nosotras la felicidad y el bienestar de nuestros pequeños y pequeñas, un bienestar que muchas veces no dudamos en anteponer al nuestro en pequeñas acciones inconscientes que realizamos.
El colectivo infantil es uno de los más frágiles de nuestra sociedad y, por tanto, requiere mucha más atención y más cuidados.
Sin embargo, en pleno siglo XXI aún existen muchísimos pequeños y pequeñas cuyos derechos son vulnerados diariamente y que viven situaciones injustas. Tan sólo hay que ver las noticias para darnos cuenta de que, aunque se ha avanzado mucho en este ámbito, el camino que queda por recorrer aún es muy largo.
¿Por qué son tan relevantes los derechos y deberes del niño y la niña? Las cifras desalentadoras sobre las graves carencias que sufren los menores
La ONG Save the Children, una de las muchas organizaciones que lucha por los derechos del colectivo infantil más desfavorecido, nos aporta datos muy actuales de la situación de la infancia y que no dejan a nadie indiferente:
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Más de mil millones de niños y niñas viven en países o territorios afectados por conflictos armados.
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Cada año 1,5 mil millones de niños y niñas son víctimas de violencia.
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57 millones de pequeños y pequeñas siguen sin poder ir a la escuela y 250 millones están fuera de la escuela o si asisten no tienen logros de aprendizaje.
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Casi la mitad de todas las muertes de niños y niñas menores de 5 años se producen como consecuencia de la desnutrición.
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Los niños y niñas españoles son el colectivo que más está padeciendo los efectos de la crisis económica y la disminución de las ayudas sociales. Uno de cada tres peques, está en situación de riesgo de pobreza o exclusión social.
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170 millones de niños y niñas a nivel mundial sufren las consecuencias de una incorrecta alimentación. La pobreza conlleva que no ingieran los nutrientes necesarios lo que les hace estar más predispuestos a padecer enfermedades.
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La esclavitud infantil, en cualquiera de sus formas, afecta a 85 millones de niños y niñas en el mundo.
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Los 6 años de conflicto armado en Siria, han perjudicado enormemente al colectivo infantil. Infraestructuras escolares dañadas o menores refugiados subsistiendo entre la pobreza y sin posibilidad de acudir a la escuela son ejemplos de ello.
Otras ONG y organismos nos permiten entender la compleja realidad en la que tienen que vivir los niños y niñas:
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La Organización Internacional del Trabajo señala que el trabajo infantil afecta a 152 millones de menores en el mundo.
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Por desgracia, en el ámbito educativo las niñas son más vulnerables que los niños. Según la UNESCO, ellas tienen más probabilidades de no acudir nunca a la escuela primaria y, por tanto, no llegar a aprender a leer o a escribir.
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La Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que anualmente fallecen 1,6 millones de menores a causa de la diarrea, una enfermedad producida por el consumo de agua contaminada junto con un saneamiento deficiente. Oxfam Intermón desarrolla proyectos en Chad para facilitar el acceso a agua potable a familias y comunidades con pocos recursos, contribuyendo así a evitar el contagio de enfermedades por el consumo de agua en mal estado.
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Unicef también nos alerta sobre la situación de la infancia y la necesidad de comprometernos para asegurarles un futuro digno y acabar con la desigualdad, pues de no ser así, en el año 2030, 69 millones de niños y niñas, la mayoría de países pobres, morirán antes de alcanzar los cinco años de edad.
¿Podemos ser el motor que cambie estas cifras para bien? La respuesta es afirmativa: podemos hacer que la situación de muchos menores mejore luchando para que los derechos y deberes de los niños y niñas sean respetados, pero ¿sabes cuáles son?
Para que no te resulte un tema complejo, entiendas toda su trascendencia y el papel que jugamos los progenitores o el profesorado, en los siguientes puntos hablaremos en profundidad sobre los derechos y deberes de los niños y niñas, desglosando cada apartado. Comenzamos por los primeros.
Los derechos de los niños y las niñas: 10 principios básicos
La primera declaración de derechos de la infancia, la Declaración de Ginebra, se firmó en 1924 y fue obra de Eglantyne Jebb, fundadora de Save The Children.
En 1948, las Naciones Unidas aprobaron la Declaración Universal de los Derechos Humanos, que incluía también los derechos de los niños y niñas. No obstante, se vio claramente que los y las menores necesitaban un código propio y específico, por eso UNICEF redactó en 1959 la Declaración de los Derechos del Niño, que se basa en 10 principios fundamentales:
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Principio 1: Igualdad
El niño disfrutará de todos los derechos enunciados en esta Declaración. Estos derechos serán reconocidos a todos los niños sin excepción alguna ni distinción o discriminación por motivos de raza, color, sexo, idioma, religión, opiniones políticas o de otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento u otra condición, ya sea del propio niño o de su familia.
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Principio 2: Protección
El niño gozará de una protección especial y dispondrá de oportunidades y servicios, dispensado todo ello por la ley y por otros medios, para que pueda desarrollarse física, mental, moral, espiritual y socialmente en forma saludable y normal, así como en condiciones de libertad y dignidad. Al promulgar leyes con este fin, la consideración fundamental a que se atenderá será el interés superior del niño.
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Principio 3: Identidad
El niño tiene derecho desde su nacimiento a un nombre y a una nacionalidad.
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Principio 4: Alimentación, vivienda y atención médica
El niño debe gozar de los beneficios de la seguridad social. Tendrá derecho a crecer y desarrollarse en buena salud; con este fin deberán proporcionarse, tanto a él como a su madre, cuidados especiales, incluso atención prenatal y postnatal. El niño tendrá derecho a disfrutar de alimentación, vivienda, recreo y servicios médicos adecuados.
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Principio 5: Integración
El niño física o mentalmente impedido o que sufra algún impedimento social debe recibir el tratamiento, la educación y el cuidado especiales que requiere su caso particular.
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Principio 6: Amor
El niño, para el pleno y armonioso desarrollo de su personalidad, necesita amor y comprensión. Siempre que sea posible, deberá crecer al amparo y bajo la responsabilidad de sus padres y, en todo caso, en un ambiente de afecto y de seguridad moral y material; salvo circunstancias excepcionales, no deberá separarse al niño de corta edad de su madre.
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Principio 7: Educación
El niño tiene derecho a recibir educación, que será gratuita y obligatoria por lo menos en las etapas elementales. Se le dará una educación que favorezca su cultura general y le permita, en condiciones de igualdad de oportunidades, desarrollar sus aptitudes y su juicio individual, su sentido de responsabilidad moral y social, y llegar a ser un miembro útil de la sociedad.
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Principio 8: Auxilio
El niño debe, en todas las circunstancias, figurar entre los primeros que reciban protección y socorro.
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Principio 9: Amparo
El niño debe ser protegido contra toda forma de abandono, crueldad y explotación. No será objeto de ningún tipo de trata. No deberá permitirse al niño trabajar antes de una edad mínima adecuada; en ningún caso se le dedicará ni se le permitirá que se dedique a ocupación o empleo alguno que pueda perjudicar su salud o su educación o impedir su desarrollo físico, mental o moral.
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Principio 10: Solidaridad
El niño debe ser protegido contra las prácticas que puedan fomentar la discriminación racial, religiosa o de cualquier otra índole. Debe ser educado en un espíritu de comprensión, tolerancia, amistad entre los pueblos, paz y fraternidad universal, y con plena conciencia de que debe consagrar sus energías y aptitudes al servicio de sus semejantes.
Los deberes de los niños y niñas: las obligaciones que nuestros peques deben cumplir
Además de derechos, UNICEF también propuso unas responsabilidades que los más pequeños deberían cumplir, entre las que destacan:
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Respetarse entre ellos de manera humana, independientemente de raza, sexo, religión o cualquier otra condición
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No maltratarse entre ellos ni hacerse daño físico
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Hacer todo lo que puedan por cuidar el medioambiente
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Hacer el esfuerzo por aprender lo que sus educadores y educadoras les enseñen, tanto como sus capacidades les permitan
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Ayudar todo lo que puedan a las personas más desfavorecidas, para que puedan gozar de una vida lo más completa posible
Observando estos dos puntos, es evidente que los derechos y deberes del niño y la niña, no son dos partes independientes sino dos aspectos que se complementan, actúan y trabajan juntas.
Una manera de conseguir que los niños y niñas sean conscientes de sus deberes y sus derechos es trabajarlos a través de la convivencia diaria y sobre todo, a partir de nuestro buen ejemplo, como progenitores, familiares, personal docente…
¿Sabes que existe un día internacional para los niños y niñas?
Cualquier momento es adecuado para hacerles entender que existen muchos pequeños y pequeñas que sufren injusticias y que no podrán tener las mismas oportunidades que ellos y para mostrarles que hay unos derechos universales y enseñarles a cumplir con unas obligaciones, sencillas y claras, que les convertirán en personas adultas responsables, empáticas y tolerantes. ¿Por qué no empezar por este día?
Cuidemos a todos los niños y niñas del mundo, trabajando para que se respeten y garanticen sus derechos y libertades. Solo así podrán disfrutar de una infancia justa, sin abusos, sin trabajo infantil y con igualdad de oportunidades. Muévete ante situaciones de vulneración de los derechos de los y las menores y no dudes en unir tu voz a la de ONG y organismos que trabajan para protegerlos. Los pequeños y las pequeñas son vulnerables, ¡defendamos sus derechos!