Índice de contenidos
La problemática de los refugiados en Grecia es, quizá, menos conocida que la de los refugiados de Siria, pero existe. Familias destrozadas, menores solos, falta de comida, agua y medicamentos, imposibilidad de plantearse un futuro digno…
El drama que se está viviendo en este país es casi tan enorme como la invisibilidad que parece rodear a los refugiados en Grecia, pero tenemos una buena noticia: podemos hacer mucho por aliviar el sufrimiento de miles y miles de familias. ¿Quieres saber más sobre el tema de los refugiados en Grecia? Entonces... ¡sigue leyendo!
Refugiados en Grecia: ¿cuál es el germen del problema?
¿No conoces el problema de los refugiados en Grecia? No te preocupes, te lo resumimos rápidamente.
Hace un par de años, más de 1 millón de personas refugiadas procedentes de países como Siria, Irán o Camerún llegaron a un pequeño país perteneciente a la Unión Europea, Grecia. En aquel entonces, tanto Grecia como el resto del mundo occidental estaban atravesando por la peor crisis económica del siglo, un azote económico que había llevado al país al borde de la ruina.
A partir del 2016 se tomaron medidas para cerrar las fronteras e impedir que más migrantes llegaran a las islas griegas, pero ya era tarde: miles de familias se habían establecido en el país sin trabajo, sin hogar y sin la posibilidad de continuar el viaje y reunirse con otros familiares que habían encontrado empleo y hogar en otros países europeos menos castigados por la crisis económica mundial.
¿Cuál es la situación actual de las personas refugiadas en Grecia?
Actualmente, miles de personas de todas las edades malviven como pueden en un país empobrecido que no puede garantizarles un techo sobre sus cabezas, un plato de comida diaria o una escuela donde los menores puedan continuar con su educación.
Oxfam Intermón alertaba sobre la crisis de población desplazada que estamos viviendo. Ya sea debido a conflictos armados, los efectos del cambio climático o la situación de pobreza que viven, más de 60 millones de personas se han visto obligadas a abandonar su lugar de residencia.
En el caso concreto de Grecia, los números son preocupantes, pues son más de 15.500 las personas refugiadas que tienen que vivir en los diversos campamentos de las islas. Allí hay superpoblación, los campos están saturados, y niñas, niños, mujeres y hombres tienen que vivir hacinados. Así pues, su día a día es más que duro. Aspectos tan básicos como la alimentación, el saneamiento o incluso el acceso a agua potable son complejos. Todo ello influye negativamente en sus condiciones de vida y repercute en su salud. ¿Vamos a hacer algo?
En agosto de este año, la BBC recogía el testimonio de Sara Khan, una mujer refugiada afgana que reconocía la violencia o pésima situación sanitaria que soportaban en Moria, el campamento de la isla de Lesbos.
De ahí que la labor de Oxfam Intermón en dicha isla o en la zona del Epiro (facilitando ayuda esencial, protección o asistencia legal) sea vital para asegurar que la población refugiada pueda vivir con dignidad mientras tramita su asilo.
Como decimos en nuestra página web sobre la crisis de las personas refugiadas, Grecia es un polvorín.
¿Cómo están respondiendo los países a las necesidades de acogida de la población refugiada?
Esta crisis precisa de una respuesta global y solidaria, pues hablamos del futuro de personas vulnerables que en muchos casos están poniendo en riesgo sus vidas atravesando el mar para llegar a Europa. Por ejemplo, la guerra en Siria ha provocado que en 2017 se hayan inscrito más de 12.000 personas como nuevos refugiados en Grecia, según el último informe Tendencias Globales de ACNUR.
Este mismo informe explica que los países en desarrollo continúan acogiendo a la mayor parte de la población refugiada del mundo. Pero de forma desigual:
-
Turquía está a la cabeza de todos. Al finalizar 2017, el número de población refugiada superaba los 3 millones de personas. Le sigue Pakistán, que acoge a 1,4 millones de personas refugiadas, y Uganda, con unos datos similares.
-
Alemania, uno de los países líderes de la UE, se sitúa en sexto lugar. Ofrece refugio a más de 950.000 personas.
Esto se produce a pesar de que los países miembros de la ONU, en la Declaración de Nueva York para los refugiados y migrantes, adoptaron el compromiso de repartir su responsabilidad hacia las personas refugiadas de forma equitativa, considerando sus propios recursos y capacidades.
Refugiados en Grecia: un caso real
Hace unos meses, El País publicó un interesante reportaje sobre los refugiados en Grecia titulado “Familias rotas en la Europa de los refugiados”.
En este artículo se relataban algunos casos reales de personas y familias que estaban sufriendo las consecuencias de esta crisis humanitaria. Algunos de los casos son realmente impresionantes, por ejemplo, el de Neime, su esposo y sus dos hijos.
La viuda Neime
Neime había llegado al campamento de personas refugiadas de Lesbos desde Irán acompañada de su marido. Al principio de su viaje eran cuatro: Neime, su marido y sus dos hijos, pero la familia se rompió porque los dos adultos no pudieron pasar de la frontera que separa Grecia con Turquía. Los hijos continuaron el viaje hacia Alemania, pero Neime y su esposo tuvieron que quedarse en Lesbos esperando un permiso oficial que les permitiera el reagrupamiento familiar. Neime sigue esperando, pero completamente sola, ya que su marido era diabético y falleció por no poder recibir su dosis diaria de insulina.
En la fecha de publicación del reportaje, Neime seguía varada en Grecia, llorando a ese marido muerto que no había podido ver por última vez a sus hijos y esperando ese permiso europeo para reunirse con ellos en Alemania, un sueño que parece cada día más inalcanzable porque, precisamente, Alemania es el primer país europeo en devolver a sus migrantes al país que les permitió entrar en la Unión Europea: Grecia.
La familia de Omar y Fatima
Omar, Fatima y su pequeño de 2 años huyeron de su hogar en Hassaka, Siria, debido a la guerra.
Se dedicaban a la agricultura, pero el conflicto ya no les permitía seguir viviendo allí. No había alimentos en las tiendas, no había nada para comer, por lo que se vieron obligados a tomar la decisión de abandonar su ciudad natal.
De esa misma localidad son las 42 personas con las que viajan. Su camino en busca de refugio duró 22 días. Todas se subieron al mismo bote que desde Ezrin, en Turquía, les llevó hasta Lesbos, Grecia. Y todas tuvieron que enfrentarse a la dura y peligrosa travesía. Fueron rescatadas en el mar Egeo por la guardia costera griega y llegaron a Lesbos de madrugada.
En el campo de refugiados de Moria, en Lesbos, han recibido material de ONG como Oxfam Intermón, Save the Children o Médicos sin Fronteras. Ahora tienen comida, ropa de abrigo, sacos de dormir y mochilas, aunque no pudieron llevarse mucho cuando partieron de Siria.
No tienen miedo a lo que está por venir a partir de ahora, pues afirman que no hay nada peor que vivir en una contienda.
La familia de Narmun
Narmun viaja con su esposa y sus 7 hijos desde Mosul, en Irak.
Son yazidi, una religión perseguida en su país de origen, lo que hacía que las condiciones de vida fueran muy complicadas. Por ello tuvieron que huir a Turquía, donde vivieron en el campo de Nuseybin, antes de poder venir a Europa. Su deseo es asentarse en Alemania y ofrecer un futuro mejor a sus hijos.
Su ruta tampoco ha sido nada fácil. Llegaron de noche a Grecia, después de tardar 3 horas en cruzar el Egeo. E igualmente tuvieron que compartir bote, en su caso con 60 personas más (25 eran menores). Afirma que pasaron mucho miedo durante la travesía y que tuvieron que pagar 800 dólares por persona.
En Grecia tomaron la dirección a Idomeni, un campo de refugiados en la frontera con Macedonia. El autobús que debía llevarlos hasta allí tardó 12 horas en hacer el trayecto desde Atenas. A pesar de todo, están felices.
Refugiados en Grecia: comienza la devolución de refugiados
Tal y como cuenta el artículo de El País “La UE reanuda la devolución de refugiados a Grecia” publicado el 10 de agosto de 2017, en pleno calor veraniego la Unión Europea dio luz verde a la petición de Alemania de devolver a Grecia a cientos de personas refugiadas que habían entrado en territorio de la Unión Europea a través de sus fronteras.
Según cuenta el reportaje, esta decisión se basa en una de las cláusulas del “Reglamento de Dublín”, un documento que, entre otras muchas cosas, regula los casos en los que los países europeos podrían ejercer su derecho de devolver a los migrantes a la frontera del país que permitió su entrada en territorio europeo.
¿Qué sucederá ahora con esas miles de familias que se encuentran disgregadas a lo largo y ancho de Europa? ¿Conseguirán la deseada reagrupación familiar a costa de un país que no puede garantizarles los derechos humanos mínimos? ¿Estamos a las puertas de una nueva crisis humanitaria? Solo el tiempo nos lo dirá.
¿Qué depara el futuro a las personas refugiadas en Grecia?
Gobiernos, agencias de Naciones Unidas, ONG, entidades privadas, ciudadanía… debemos remar en la misma dirección. Una dirección que respete sus derechos y les ofrezca oportunidades. De este modo podrán construir los cimientos de una nueva vida. Una vida con seguridad y dignidad. ¿Pero cómo acercarnos a esta realidad?:
-
Ofreciendo asilo de modo que puedan encontrar un hogar, integrarse y lograr derechos de residencia.
-
Ofreciendo el reasentamiento de modo que un tercer estado les ofrezca refugio (diferente al país donde buscó asilo).
-
Ofreciendo la reubicación de forma que la persona que ha solicitado asilo sea trasladada de un país de la UE a otro.
-
Ofreciendo la repatriación a sus países de origen siempre que haya garantía de que puedan rehacer sus vidas de forma segura y se trate de una decisión voluntaria y libre.
Ante todo, se merecen tener toda la información necesaria en relación con sus derechos (como solicitar asilo, ayuda, servicios básicos de salud…) y los países deberían promover mecanismos de asilo, como los visados humanitarios o favorecer la reunificación familiar.
Ayuda humanitaria: conoce qué puedes hacer
Las historias de Neime, Omar y Fátima o Narmun te acercan a la vida de familias normales y corrientes como la tuya, que un día tuvieron que enfrentarse a la decisión de huir para salvar sus vidas. Tú puedes contribuir a que pronto encuentren un nuevo hogar. Te damos algunas ideas sobre cómo hacerlo:
-
A través de una ONG. Oxfam Intermón ayuda a mejorar las condiciones de vida de la población refugiada. Para ello ofrece ayuda básica, como acceso a agua o alimentos, o asesoramiento legal, pero también trabaja concienciando sobre la necesidad de garantizar vías legales y seguras para las mujeres y hombres que, junto a sus hijos e hijas o solos, buscan simplemente protección. Puedes velar para que se garanticen sus derechos mediante una donación, uniéndote al fondo de emergencias o convirtiéndote en socio o socia.
-
Haciendo una donación a los organismos de Naciones Unidas que proporcionan ayuda ante emergencias en países en situación de crisis humanitaria (la Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios, el Programa de la ONU para el desarrollo, el Programa Mundial de Alimentos, ACNUR o UNICEF).
-
Trabajando en cooperación. La Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo gestiona la cooperación de nuestro país, y si lo deseas puedes postularte para sus vacantes. Otro organismo que también organiza convocatorias de empleo en este ámbito es el Programa de Desarrollo de las Naciones Unidas.
Ahora ya conoces un poco mejor el alcance de la crisis de refugiados en Grecia y las posibles consecuencias que puede acarrear tanto para los países como las familias que la sufren. Y, como habrás imaginado, toda ayuda es poca, pero es imprescindible para paliar los daños personales y de vulneración de derechos que estas personas sufren a diario desde que comenzó todo. ¿Contamos contigo para ponerle fin?
Material complementario
Guías
Virales
-
No les olvides: 10 fotografías de la crisis humanitaria en Nigeria y Chad
-
Las noches del éxodo: la crisis de refugiados reflejada por Pablo Tosco